"Llevo 20 años en esto, luchando por Zamora y el partido ha considerado que debía ser yo otra vez la cara visible". Así explica Manuel Herrero, candidato por la Unión del Pueblo Leonés (UPL) a la alcaldía de Zamora, su posición con respecto a las elecciones del próximo domingo 28 de mayo. "Tenemos un programa bastante amplio para revitalizar Zamora, necesita repoblarse", apuntaba Herrero.
Una de las bases de su extenso programa electoral pasa por la revitalización de la capital zamorana a través, fundamentalmente, de la reactivación del comercio. Un comercio que, en palabras de Manuel Herrero, no solo está estancado, sino en pleno decaimiento por "las trabas que pone el Ayuntamiento a la creación de negocios". Parte de esas trabas, denuncia Herrero, tienen mucho que ver con las barreras arquitectónicas. "Te exigen una serie de requisitos que ni ellos mismos cumplen", explica Herrero.
Otro de los elementos vertebradores del programa de la formación leonesista es una modificación de la tendencia turística de quienes visitan Zamora. "Casi todo es turismo de media jornada, la gente no se queda, y eso es algo que hay que cambiar", lamentaba Herrero y añadía que una de las causas fundamentales de que ese turismo sea de media jornada es "que ya no puedes aparcar en el centro, entonces te toca aparcar lejos de donde quieres ir de compras, y eso a la gente le cansa". Este hecho, además, repercute negativamente en los negocios de la zona centro.
Por ello, desde UPL manifiestan que "hay que potenciar otro tipo de turismo, para toda la familia, para que no sea solo que vengan medio día de compras y se vayan". Ello pasaría, según desarrollaba Manuel Herrero, por la creación de un parque temático en Valorio o la instalación de tirolinas y actividades similares en el entorno del Duero. "El turismo de Zamora no solo es el Románico, hay que potenciar también todo lo demás", apuntaba.
No obstante, es consciente de que el camino a la alcaldía de Zamora no es fácil. "La gente de la ciudad tiene medio de elegir una alternativa diferente a lo que tienen", lamentaba, pero matizaba que "es muy fácil quejarse en el bar, pero es en las urnas donde hay que hacer el cambio".
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