Durante estos días de temperaturas mínimas cuando los vehículos duermen en la calle, lo normal es que amanezcan con los cristales helados, algo que a priori parece no suponer un problema, pero que se agrava cuando hay que coger el vehículo a primera hora y se lleva prisa.
Todavía son muchos conductores los que deciden poner en marcha el vehículo pese a tener la luna repleta de hielo. Un acto que no solo pone en peligro la integridad del propio conductor y la de los vehículos que se crucen con él, sino que además supone una sanción económica, tal y como detalla el Reglamento General de Circulación en su artículo 19 'Visibilidad en el vehículo'.
Dicha multa puede ascender de los 80 a los 200 euros, según asegura el medio '20 minutos'. Una cantidad económica que podría incrementarse si el vehículo cuenta con otros defectos como son por ejemplo el parabrisas o las lunas dañadas, o la incorporación de adhesivos u otros elementos que dificulten la visibilidad del conductor.
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