Los abrazos más esperados y las lágrimas repentinas: “Parecía interminable y agotaba las esperanzas"
Los menores saharauis vivirán el mes y medio de verano en Zamora
La espera ha merecido la pena, muestra de ello fueron las lágrimas repentinas que caían por los rostros de las familias de acogida. Con una espera que “parecía interminable y agotaba las esperanzas” los 22 niños saharauis del programa ‘Vacaciones en Paz’ llegaban a Zamora en el día de ayer para ‘volver a su hogar de verano’.
Para algunos menores era la primera vez que salen al extranjero para unirse también con familias ‘primerizas’ en este programa. “Pensé que iba a estar más nervioso por embarcarme en esta aventura”, contaba un padre de acogida por primera vez. “Ella no sabe nada de español, así que poco a poco iremos adaptándonos los dos a todo, espero que disfrute el poco tiempo, por la mañana irá al campamento de Morales y por la tarde a la piscina que es lo que más le gusta” y es que la provincia de Zamora ofrece alternativas de ocio y culturales variadas y, sobre todo, libres.
En cuanto al tiempo de la estancia también hacía referencia otro padre de acogida, aunque ya con experiencia “por lo menos 20 años acogiendo niños dentro de este programa”, pero destaca que “como estos dos últimos años nunca había habido tanto problema de papeles, solo por papeles les quitan 20 días de estar aquí, política”. A los más experimentados se suman niños ‘repetidores’, por tercer año vivirá mes y medio el verano junto con sus amigos ‘veraniegos’ de años atrás.
La alegría se funde en abrazos y risas cómplices de quienes ya se conocen.
La hospitalidad de las familias era recompensada con un aplauso en cada abrazo de reencuentro, y más si cabe, a las familias que acogen este verano a tres niños “he llegado a tener hasta cuatro, todo comenzó con el Covid porque dos niños no vinieron, los solicité y me los concedieron por conocer a sus hermanos”, comentaba una familia de Castronuevo. “Para los niños ya es el cuarto año y el último para ella, por cumplir la edad”, afirmaba mientras comentaban entre ellos los años que habían pasado su verano en Zamora. Parece fácil para quienes vuelven, pero muy difícil para los que se aventuran por primera vez ya que el tiempo “bien pensamos que lo podían haber alargado las dos semanas, para quienes son nuevos los últimos días es cuando mejor están porque ya conocen”, finalizaban.
Los rostros de los niños y niñas expresaban una alegría absoluta al ver que ‘sus hermanos’ de verano estaban en el salón de plenos del ayuntamiento para recogerlos, los más pequeños salían de la mano rumbo a casa.
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