Abrir camino hacia la igualdad: la zamorana Isabel Álvarez, un referente en la Guardia Civil con 30 años de trayectoria

La fermosellana, con una cruz de plata al mérito de la Guardia Civil y satisfacción por muchos servicios realizados, analiza cómo ha cambiado el cuerpo y la sociedad

Isabel Álvarez, guardia civil responsable del equipo de violencia de género de la compañía de Zamora
Isabel Álvarez, guardia civil responsable del equipo de violencia de género de la compañía de Zamora

Lleva 30 años formando parte de la Guardia Civil, pertenece a la cuarta promoción de mujeres dentro del cuerpo y ha vivido muchas experiencias a lo largo de su trayectoria profesional convirtiéndose en un referente para las generaciones venideras y siendo un ejemplo de la importancia de la mujer dentro del Cuerpo en Zamora.

La fermosellana Isabel Álvarez, agente de la Guardia Civil desde 1991 (las primeras mujeres entraron en la institución el 22 de febrero de 1988) y responsable del equipo de Violencia de Género de la compañía de Zamora, vivió sus primeros diez años en el Cuerpo con momentos “buenos y malos”, pero los últimos 20 años han sido “buenos y muy buenos” y es que desde su entrada se muestra encantada afirmando que vive “por y para la Guardia Civil”.

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Álvarez ha mostrado, a través de su trabajo y experiencia, las trabas con las que se encontró en un inicio, así como los avances hacia la igualdad y la sensibilidad de la Guardia Civil en este sentido, llegando a formar parte en estos momentos de uno de los puestos del cuerpo con mayor paridad, el de Fermoselle con cinco mujeres y cinco hombres.

Inicios duros ante la presencia poco habitual de mujeres en el Cuerpo

En el año 1992 salió de la academia y le destinaron a un puesto de la provincia de Salamanca. “Cuando llegue allí me encuentro con todo personal masculino y fui la única mujer Guardia Civil de la Comandancia de Salamanca en dos años, con hombres bragados y con una larga trayectoria profesional que en realidad no sabían cómo tratarme. Lo hacían con delicadeza, con mucho cuidado, sobre todo cuando estábamos a expensas de la población civil para que no dijesen o hiciesen algo que a mí me incomodase, me abrían las puertas, me cedían el paso… Tuve que estar demostrando constantemente durante un año largo que era una profesional igual que ellos, que tenía las mismas condiciones que ellos y que era una mujer en un mundo de hombres, pero haciendo el mismo trabajo que ellos. Al final lo acabaron asumiendo y aceptando y muy bien”.

En este sentido, añade que “en los dos primeros años, llegas a un puesto y te intentan tratar como a uno más pero luego yo me di cuenta de que ellos se percataron de que las mujeres eran necesarias porque se estaban dando resultados satisfactorios en servicios que hasta entonces se habían pasado por alto. Cómo no había mujeres, había cosas que se obviaban, de hecho, como era la única en toda la comandancia me llamaban para hacer variedad de servicios de una punta de la provincia a otra, porque se dieron cuenta de que las mujeres eran necesarias”.

La visión de la ciudadanía hacia las mujeres en la Guardia Civil ha cambiado

Aunque nunca hubo discriminación entre sus compañeros, en un principio, a la sociedad en general “se le hacía extraño ver a una mujer vestida de Guardia Civil, tanto a hombres como a mujeres, todavía a día de hoy estamos educados en esos roles de que a la mujer se le educa para cuidar a la familia y al hombre para medrar profesionalmente, imagínate si nos remontamos a años atrás, no lo veían bien ni hombres ni mujeres, pero la sociedad poco a poco lo ha ido aceptando y asumiendo y he de decir que a partir de la primera década después de que yo entrase ya todo el mundo lo veía normal”.

De hecho, la Guardia Civil en 2019 aprobó el primer Plan de Igualdad de género en el que intenta conseguir una igualdad eficaz y eficiente entre los hombres y mujeres de la Guardia Civil, comprometida y poniéndose a la vanguardia educando, formando y sensibilizando a todos los Guardias Civiles para conseguir esa igualdad.

“Con ese plan de igualdad mejora las condiciones sociolaborales de mujeres y hombres en la Guardia Civil a través de nueve ejes de actuación: acceso, selección, formación, condiciones laborales, representativa de hombres y mujeres, políticas de igualdad, comunicación y lenguaje, políticas de impacto y responsabilidad social”, resalta Álvarez.

“Los ciudadanos nunca se dirigían a mí”

En este recorrido por su trayectoria profesional, Álvarez señala que nunca se ha sentido discriminada por sus compañeros, pero sí por la ciudadanía en esos primeros años. “Cuando se dirigían a la Guardia Civil, los hombres mayoritariamente pero también las mujeres, siempre se dirigían a ellos, a mí nunca, ni siquiera me miraban, y a día de hoy no ocurre eso, podría decir que casi se ha dado la vuelta a la tortilla”.

Por ello, la fermosellana incide en que “necesitamos sociedades más igualitarias y más justas para que nuestras generaciones venideras no pierdan el futuro en igualdad y justicia, sobre todo pensando en ellos. De hecho, la Guardia Civil, desde que entré, no ha dejado de trabajar para que hubiese esa igualdad entre hombres y mujeres”.

Cabe resaltar además que la Guardia Civil creó un equipo, una especialidad que se llama EMUME dentro de la Policía Judicial en el que persigue delitos contra la mujer y los menores y ahora ha dado un paso más para luchar contra la violencia de género creando equipos para perseguir esa violencia de género que sufren las mujeres y que no está visibilizada.

Concretamente en Zamora hay tres equipos, una en la compañía de Zamora, otro en Puebla de Sanabria y otro en Benavente con la finalidad de “dedicar un trato más individualizado y personalizado a cada víctima de violencia de género, dedicándole todo nuestro tiempo, esfuerzo y formación para garantizar su seguridad mediante valoraciones de riesgo más exhaustivas que compartimos con la Subdelegación del Gobierno”, destaca.

Mujer, Guardia Civil y medio rural

La mujer en la Guardia Civil está en las mismas condiciones que los hombres, pero Álvarez reconoce que aunque las mujeres solo representan el 8,57% de los miembros del cuerpo “hay motivo para la esperanza” ya que en esta última convocatoria hay un 30% de mujeres y a la dirección de la Guardia Civil está una mujer. Concretamente en Zamora la ratio de mujeres es de un 11%, es decir, una media superior a la nacional, pero todavía queda mucho por trabajar.

“Se debe hacer una reflexión sobre los mecanismos de mejora de acceso de la mujer a la Guardia Civil, un diagnóstico más profundo de por qué no hay más mujeres en la Guardia Civil, igual no es tan atractiva, hay que seguir trabajando, hay que revisar protocolos para actualizarlos y mejorarlos, porque es bueno que haya mujeres en la Guardia Civil, pero sobre todo es necesario”.

También apunta a que la mayoría de los destinos de los guardias civiles se dan en el medio rural y eso puede ser que no ayude porque no tienen las mismas condiciones entre los agentes en un puesto de la España vaciada a los que están en las urbes o en las proximidades, eso hay que trabajarlo e incentivarlo para que los y las agentes y sus familias continúen en esos pueblos zamoranos en los que la Guardia Civil se siente tan querida”.

Álvarez hace hincapié además en que “visualizar a más mujeres en los puestos de responsabilidad y de toma de decisión ayuda a que la igualdad sea más real y no tan formal, aportando y enriqueciendo a la mujer con su experiencia vital, y además con ello contribuimos a hacer de modelo para impulsar el ingreso de las mujeres en la Guardia Civil. El trabajo está dando sus frutos pero todavía queda mucho por hacer. Necesitamos medidas innovadoras que rompan obstáculos para la igualdad real. Si luchamos por la igualdad entre hombres y mujeres contribuimos a que no haya violencia”.

Cruz de plata al mérito de la Guardia Civil

Aunque no le gusta alardear de ello, Isabel Álvarez es además un gran ejemplo en su profesión y es que, junto con otra compañera, recibió la cruz de plata al mérito de la Guardia Civil por una actuación en una vivienda en la que, tras una llamada aportando una dirección, un ciudadano avisaba de que su familia no respiraba, acudieron al lugar y se encontraron con la puerta cerrada.

Allí, las dos agentes tiraron la puerta a patadas. “Llegamos, estaba el hombre tirado en el suelo e inconsciente, lo sacamos a la calle y cuando volvió en sí comenzó a repetir: “los niños, los niños”. Una vez arriba vimos que era una inhalación de monóxido de carbono por tres braseros que tenían puestos de cisco, abrimos las ventanas, sacamos a la madre y a los niños, y los pequeños tardaron mucho en recuperar la consciencia”. Este tipo de acciones generan satisfacción “sobre todo porque había por medio dos niños pequeños que mantuvimos en brazos hasta que llegaron los servicios sanitarios”.

Aunque ese servicio fue reconocido, Álvarez incide en que “ha habido muchos servicios gratificantes a lo largo de 30 años y todo lo que sea ayudar al ciudadano, a esas mujeres en el medio rural que al final son las que más desprotegidas están, y que el hecho de ser mujer en la Guardia Civil ha ayudado mucho, porque ellas no cuentan lo mismo estando con un hombre que con una mujer”.

La figura de la mujer Guardia Civil en los casos de violencia de género

Precisamente, Álvarez señala que en casos de violencia contra la mujer, cuando está un hombre “cuentan un poco por encima, cuando llegamos nosotras, llega un momento que se vienen abajo, lloran y te cuentan todos sus problemas, nos sentamos de tú a tú y se quitan un peso de encima”.

En este sentido, ha recordado una actuación en una localidad zamorana en la que agentes de la Guardia Civil querían hablar con una mujer víctima de violencia de género, no abría la puerta e Isabel la llamó personalmente, “hablé un rato con ella y al final accedió y vino al cuartel y habló tanto conmigo como con el otro compañero. Se sentó conmigo, hablamos y fenomenal, y ellos inicialmente no eran capaces”.

Con este ejemplo la zamorana quería poner de relieve que “es verdad que la Guardia Civil nos ha sensibilizado mucho con la violencia de género, la verdad es que intentamos darle toda la ayuda que podemos, a mí no me importa dedicar todo el tiempo de mi trabajo y fuera de él si es necesario para ayudar a una víctima de violencia de género, porque trato con ellas y se lo que están pasando, les cuesta dar ese paso”, además de señalar que hay mujeres que “vienen a hablar contigo meramente por el hecho de ser mujer y les damos esa opción”.

Una referencia para las futuras mujeres guardias civiles

Álvarez lanza un mensaje para las futuras guardias civiles que, aunque “no les hace falta consejo porque la Guardia Civil está visibilizando la labor de la mujer y cada vez hacemos más de modelo”, les tiende la mano para que se animen porque “es un trabajo muy gratificante y te vas a casa con el deber cumplido, con la satisfacción del deber cumplido, te sientes recompensada”, y es que la Guardia Civil le “ha dado mucho” a Isabel Álvarez.

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