AEPLA defiende que "el glifosato es seguro"

La Asociación de Empresarios para la Protección de las Plantas respondía este viernes a las peticiones del colectivo ‘El Huerto del Pozo’ que en las últimas semanas solicitaba a las administraciones públicas que prohíban el uso de herbicidas. Desde esta asociación remiten un comunicado a zamora24horas “para aclarar cierta información con la que no podemos estar de acuerdo”.

 El PP incide en el aumento de maleza y malas hierbas en los barrios de Zamora
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Carlos Palomar, director general de AEPLA, hace referencia a este artículo en referencia a una petición del colectivo ‘El Huerto del Pozo’ para responder en los siguientes términos:

Son varias las valoraciones que podrían inducir a error al lector y que nos gustaría poner de manifiesto. En el artículo se dice que “La campaña consta también de la edición de un tríptico informativo (…) con el objetivo de promover la sensibilización frente a los impactos negativos de su uso, también en agricultura”. Esta afirmación ofrece una visión distorsionada de la realidad y no es acorde con la reciente renovación de la autorización del herbicida glifosato por la Comisión. La Comisión Europea renovó recientemente la autorización de uso del glifosato, por un periodo de cinco años a partir de diciembre de 2017, tras la clasificación y evaluación favorable por las Autoridades y Agencias competentes europeas (EFSA y ECHA). A esta visión se suman otros organismos, tanto reguladores como científicos. Entre ellas destacan también las autoridades reguladoras de Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda. Todos ellos coinciden en señalar que no hay evidencia de toxicidad ni tampoco riesgo para la salud humana y animal.

En cuanto a que “el glifosato, componente activo del Roundup y otras marcas comerciales, tiene efectos tóxicos sobre la salud y el medio ambiente, tal como demuestran decenas de estudios”. Hay que señalar que las Autoridades reguladoras, arriba mencionadas, tienen en consideración en sus evaluaciones y clasificaciones todos los estudios disponibles, otorgándoles el valor correspondiente conforme a su rigurosidad científica. Son estas Instituciones las que tienen la competencia para evaluar los riesgos y sobre cuyos trabajos se ha renovado en diciembre de 2017 la autorización de glifosato en la UE, en base al rigor y la evidencia científica.

A continuación, presentamos una serie de afirmaciones incluidas en el artículo, algunas declaraciones del Colectivo El Huerto del Pozo, que consideramos importante esclarecer, “A concentraciones más bajas que las recomendadas para su uso en agricultura, el glifosato interfiere en el funcionamiento hormonal de células humanas, afecta a las células de la placenta, así como a las embrionarias. Asimismo, provoca nacimientos prematuros y abortos, mieloma múltiple y linfoma non-Hodgkin (dos tipos de cáncer), y daña el ADN de las células” se añade que “El glifosato es, además, adsorbido fuertemente por el suelo y es muy soluble en agua, lo que aumenta su peligrosidad” y que “La persistencia del glifosato varía de dos a seis meses. El glifosato puede entrar en los ecosistemas por escorrentía superficial, habiéndose demostrado su alta toxicidad para la fauna acuática. Hay que destacar que se llegan a fumigar cunetas por donde discurre abundante agua cuando llueve copiosamente. (…) Dejar esparcido este producto tóxico por el medio natural, rural o urbano, significa un peligro de contaminación no sólo para las personas, en especial niñas y niños, sino también para la fauna silvestre y para el ganado, que pueden verse afectados”.

De acuerdo a esta información queremos aclarar que el glifosato bloquea una vía metabólica esencial para el crecimiento de la planta, pero no presente en los animales o seres humanos, lo que lo convierte en un herbicida de amplio espectro muy eficaz y contribuye a su baja toxicidad en los animales o las personas. Este producto es rápidamente absorbido por el suelo y se degrada en sustancias no tóxicas con igual rapidez, limitando así el riesgo de contaminación de las aguas y la exposición de organismos fuera de los ámbitos de su aplicación. Y, como se señalaba anteriormente, basado en las evaluaciones científicas por parte de las Autoridades y Agencias competentes que han evaluado su riesgo en condiciones reales de uso, la Comisión Europea ha renovado recientemente su autorización de uso.

En cuanto a que “La UE, mediante la Directiva marco para un uso sostenible de los plaguicidas, insta a las distintas administraciones a que velen porque se prohíba el uso de plaguicidas diversas zonas específicas , entre ellas las siguientes: a lo largo de las carreteras, en los espacios utilizados por el público en general, o por grupos vulnerables, como los parques, jardines públicos, campos de deportes y áreas de recreo, recintos escolares y campos de juego y los espacios cercanos a los centros de asistencia sanitaria”. Tenemos que decir que de acuerdo a la Directiva 2009/128/CE: actuación de la UE para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas en ningún caso se insta a las administraciones a prohibir, sino que tan solo se indica que “esta legislación no impide que los países de la UE limiten o prohíban el uso de plaguicidas en circunstancias o zonas específicas” sin especificaciones de zona en contra de lo afirmado.

“Se anima a las vecinas y vecinos que si ven algún tipo de fumigación o si observan zonas homogéneas y lineales amarillas en bordes de caminos, carreteras, huertas... lo hagan saber y que señalicen la zona con un cartel informativo con un simple papel y rotulado peligro herbicida”. Es importante conocer que el glifosato no se fumiga, sino que se pulveriza sobre las malezas, habitualmente como una solución diluida que se absorbe con rapidez en las plantas. Por otro lado, el proceso de aplicación y la normativa al respecto, ya que los métodos de aplicación están igualmente regulados, implica una señalización específica de la zona en tratamiento.

La opción de no eliminar las malas hierbas también es una alternativa con consecuencias muy negativas. Así, el inadecuado control de las malas hierbas de las ciudades y carreteras puede generar plagas, suciedad, insalubridad, riesgo de incendios o peligro en las vías de tránsito.

Sirvan como ejemplos los casos de los municipios de Rota (Cádiz) o Cabanillas (Guadalajara), donde, tras haber eliminado el uso de glifosato, han vuelto a su utilización como herramienta esencial para el control de las malas hierbas.

En cuanto a las implicaciones económicas, de acuerdo al estudio “Impacto socioeconómico de la Agricultura de Conservación y de la no renovación de la autorización del glifosato en España” elaborado por PwC, no renovar la autorización del glifosato afectaría principalmente al sector agrícola generando tres efectos inmediatos sobre la producción agrícola que actualmente lo utiliza: Disminución de la producción por hectárea en un 10% en promedio para el conjunto de cultivos, aumento de la carga de trabajo de los agricultores y aumento del coste de la producción agrícola.

Por último, queremos recalcar una vez más que todas las Autoridades reguladoras mencionadas en esta carta han determinado que el glifosato es seguro si se emplea conforme a las indicaciones de uso.

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