Fue constituida en 1996 por un un grupo de familiares y amigos de enfermos de Alzhéimer. El Ayuntamiento de Zamora les cedió un primer local ubicó en Peña Trevinca y un año más tarde fueron trasladados a la Avenida Requejo. A partir de 1999, la Asociación comenzó a prestar atención a las personas afectadas por esta enfermedad y otras demencias en el pabellón anexo al Hospital Rodríguez Chamorro en colaboración de la Diputación de Zamora. Tras varios cambios y traslados, finalmente en 2004 y gracias a la Junta de Castilla y León, el colectivo comenzó a ofrecer los servicios de Unidad de Estancias Diurnas en el Centro Terapéutico de Día ‘Ciudad Jardín’. Y desde entonces, no ha parado de recibir premios y reconocimientos.
Coincidiendo con su vigésimo aniversario, en junio de este año, la Asociación de Alzhéimer de Zamora daba un salto cualitativo obteniendo los 300+ en la recertificación del Sello de Compromiso hacia la Excelencia Europea. Asimismo, la entidad lograba 4 de 5 estrellas en el Sello a la Excelencia en el Compromiso Social. Un título cualitativo “cuatro estrellas” que hasta el momento solo era ostentado en España por Cogami, la Confederación Gallega de Personas con Discapacidad.
Tan solo un mes más tarde, una persona anónima depositaba una carta en su buzón, el contenido: 585 euros. Semanas más tarde, la historia se repetía con otra donación de 100€, en esta ocasión por parte de una persona recientemente fallecida que dejó su voluntad explícita en el testamento. “Sois una asociación ejemplar de cariño y honestidad”, les felicitaba una usuaria a través de las redes sociales.
Y es que ya que aún no hay un tratamiento curativo para esta enfermedad, uno de sus principales objetivos es mantener la calidad de vida de sus pacientes. La de ellos, y la de sus familiares, los otros gran afectados por esta “epidemia del siglo XXI”. Por ello, el lema elegido para la campaña de este año con motivo del Día Mundial del Alzhéimer se titula ‘Con C de Cuidador’.
Mercedes Seoane, es una de las zamoranas que padece indirectamente de esta demencia. Hace nueve años, su madre Amparo comenzó a estar muy callada en las conversaciones, a tener pérdidas de memoria y a evidenciar otros despistes. Un hermano de Mercedes, médico de profesión, detectó la alarma desde un primer momento y decidió derivarla al neurólogo, quien les confirmó el diagnóstico que supuso un “choque brutal”, en la familia de Mercedes.
“Lo más duro es la pérdida lenta de un ser querido, que tu madre te mire y no te reconozca; más allá del deterioro físico o de movilidad, es una situación muy dolorosa”, confiesa. En consecuencia, el psiquiatra les recomendó el Centro Ciudad Jardín, lo que supuso “una luz” para los allegados de Amparo. “Es una enfermedad en la que el cuidador sufre tanto… no la entiendes y te tienen que enseñar a entenderla para saber tratar al enfermo”, cuenta Mercedes.
El centro cuenta con un programa exclusivo de Atención a Familias que cuenta con asesoramiento social, apoyo psicológico individual, seminarios informativos o grupos de autoayuda que marcaron “un antes y un después” para Seoane. En este 2016, ha entrado a formar parte de la Junta Directiva del centro y, entre otras reclamaciones por parte de los cuidadores, demanda más visibilidad social. “Lo cierto es que es alarmante el número de enfermos de alzhéimer que hay y, aparte de más ayudas y subvenciones por parte de las instituciones, es necesaria una mayor sensibilización social ya que el azhéimer sigue siendo una enfermedad estigmatizada que la gente asocia a una demencia senil y a un poco de locura cuando realmente es una enfermedad que va teniendo muchas carencias progresivas en calidad de vida. Desde el punto de vista médico hay avances pero mientras tanto, solo pido que no se pierda la memoria y que ellos no se nos olviden nunca”, concluye.
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