El curso que viene tendremos dos aulas menos. La administración está decidida a suprimir dos grupos de educación infantil en nuestro colegio.
La decisión afecta a un curso de niños de tres años y a otro de cuatro. En el primero de los casos la Junta defiende que garantiza la calidad educativa pero cierra una de las aulas juntando a 24 niños matriculados alegando que se cumplen las ratios, es decir, el número de alumnos máximo por aula. Desconocemos además cuántos de esos alumnos podrán requerir de atención temprana. La otra unidad eliminada está conformada por dos clases y suma un total de 24 escolares, pero varios de ellos presentan necesidades de apoyo educativo y a efectos de ratio, y para poder atender adecuadamente a todos los alumnos, cuentan cada uno por dos, lo que eleva el número de alumnos y excede la ratio establecida por ley, que es 25.
En estas aulas hay además pequeños que padecen alguna patología que requiere mayor atención por parte del profesorado. Ya el curso pasado reclamamos apoyo sanitario porque los docentes no están preparados para solucionar emergencias relacionadas con estas patologías, por muy buena voluntad que pongan, que la ponen. Lejos de atender nuestras demandas se opta por multiplicar el riesgo para estos alumnos juntando en una misma aula el doble de niños.
La consecuencia directa de esta supresión de dos líneas será la reorganización del profesorado con la pérdida de docentes y recursos que esto implica. Dos de las profesoras asignadas a educación infantil pasarán a primaria y los niños puede que tengan que empezar de cero con maestros que no conocen. Además, esta reubicación provocará que algunas especialidades dejen de impartirse por especialistas en la materia e incluso que no se impartan en Infantil, como el caso de Música que, a pesar de no ser obligatorio impartirla en este ciclo, enriquece la educación de nuestros hijos. Como siempre las “Artes” pierden y los niños también.
Con decisiones como ésta de nuevo se vuelve a perjudicar a la Educación Pública porque se cierran aulas amparándose en unos ratios que luego se flexibilizan en colegios concertados. Unas ratios que no sirven para explicar las distintas realidades que conviven en cada aula y mucho menos cuando hablamos de niños tan pequeños. Un único profesor no puede atender de la misma forma a 14 que a 25 niños con edades de 3, 4 y 5 años, algo que se convierte en prácticamente imposible si entre ellos algunos necesitan atención especial.
A pesar de estar en riesgo ambas unidades, Educación no ha permitido matricular a más niños, cerrando los cupos en periodo ordinario y rechazando aquellas posibles matriculas en periodo extraordinario, impidiendo así que aumente el número de alumnos para cumplir ratios. Tampoco han querido esperar a ver cómo funciona el nuevo servicio de recogida de los niños entre las 14 y las 15 horas, concedido para el próximo curso. Este modelo favorece la conciliación familiar y habría incentivado el número de matrículas.
El Delegado de la Junta, para explicar esta decisión, carga contra el proyecto educativo del Centro que se basa en una educación bilingüe en Francés, obviando que no se trata de un bilingüe al uso, ya que no se imparten las Ciencias en dicho idioma, si no que esta materia se imparte sólo en 5º y 6º de Primaria como una asignatura más, lo que permite a los alumnos tener conocimientos básicos de Francés además de en Inglés.
Por todo ello denunciamos que se está vulnerando el derecho de los niños a recibir una educación pública de calidad y pedimos a la Junta que no suprima estas dos aulas amparándose en un frío análisis numérico, porque por mucho que lo diga la LOMCE, una clase de 25 alumnos de Infantil no puede ser un ejemplo de calidad educativa.