Había que honrar la victoria de los Tercios zamoranos y no solo se hizo volviendo a vivir la Batalla de Empel. Tras la última parte de la recreación, en la que se obraba el milagro y las aguas se congelaba, dándoles la victoria a los españoles, los Tercios Viejos de Zamora hicieron un recorrido por la ribera del Duero hasta el puente de piedra.
Una vez lo cruzaron, las tropas se dirigieron hacia la plaza de la Catedral, lugar en el que se hizo una oración en honor a la Virgen de la Inmaculada. Tras el acto, el recorrido finalizó en la plaza Mayor, poniendo fin a la recreación de la Batalla de Empel.
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