El antruejo zamorano que sorteó al franquismo, camino a dar la vuelta al mundo

Villanueva de Valrojo ha sido el escenario de unas fotografías que darán la vuelta al mundo.

Imagen de Charles Freger en su visita a Zamora
Imagen de Charles Freger en su visita a Zamora

Los carnavales de Villanueva de Valrojo darán la vuelta al mundo gracias a los medios internacionales. Datados de 1841, aunque hay estudios que los sitúan en el que siglo XIV, son los carnavales más antiguos de la provincia y ahora darán la vuelta al mundo gracias a un reportaje que llegará a los medios internacionales. 

Multados sus habitantes durante el régimen franquista por negarse a suspender su celebración, esta tradición se ha mantenido durante siglos en la provincia y este pasado sábado ha celebrado sus días grandes con un invitado muy especial. 

El fotógrafo francés Charles Freger se ha trasladado hasta la localidad de Villanueva de Valrojo para realizar una serie de fotografías que compondrán un reportaje en la revista National Geographic. Freger es un fotógrafo especializado en retratos, pero también en comunidades del mundo, tradiciones y ritos ancestrales. 

Su trabajo se ha centrado en los últimos años en el continente americano. Trasladándose en 2015, estuvo cuatro años rastreando las celebraciones que se realizaban a modo de homenaje a los esclavos y lo plasmó en su obra cumbre hasta la fecha su libro ‘Cimarrón.

Su interés por lo ancestral, los rituales y las tradiciones le llevaron hasta Villanueva de Valrojo para conocer el trasfondo de esta antiquísima celebración que supone el orgullo del antruejo zamorano como su celebración más antigua y que se ha podido mantener gracias a sus vecinos. 

Su visita tuvo lugar el pasado martes catorce de febrero, donde las máscaras, los coloridos disfraces y los cencerros acudieron a la cita de este fotógrafo que pondrá en el mapa a Villanueva de Valrrojo como el carnaval más antiguo de la provincia que aún hoy, pervive en el tiempo. 

La localidad se mantiene inmersa en su tradición y los sonidos de los cerreros serán también la banda sonora de este Lunes de Carnaval. Los enmascarados saldrán por las calles a pedir el aguinaldo. El Martes de Carnaval más de lo mismo: recorrido por las calles del pueblo, pero con un aliciente nuevo e inesperado. Se juntan dos o tres amigos o amigas y deciden montar “un número”.

Generalmente son sobre temas de actualidad: prohibición de fumar, velocidad en autopistas, ... Así que se disfrazan al efecto y lo escenifican en varios puntos de la localidad, aunque desde hace dos o tres años suelen concentrarse todos en el pabellón multiusos de la localidad, en el que tienen lugar los bailes nocturnos. Precisamente, será ese pabellón el punto final de las fiestas con la aparición efímera y sólo en ese momento de los Diablos.

Como almas en pena, hacen su aparición casi al final del baile, tres Diablos, con máscaras de corcho y apliques de hojalata y cuero, capas pardas y aspecto fúnebre, llevando tornaderas y un caldero con azufre ardiendo, sin hablar. Es el fin de la fiesta. Llega la Cuaresma.

 

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