Los pasajeros del Alvia 4165 que tenían pensado aprovechar la tarde del viernes en Zamora con sus familias no esperaban la odisea que tuvieron que vivir. La salida del tren estaba prevista de Chamartín a las 16.35 horas y la llegada a las 18.05 para los pasajeros que debían bajarse en la capital del Duero. No obstante, el inicio de la marcha se produjo con “quince o veinte minutos de retraso” según cuenta una de las pasajeras a zamora24horas, que ayuda a recordar todo lo sucedido.
Tras iniciar la marcha, a la altura de Olmedo, “y en medio de la nada”, el tren se detenía y los viajeros sufrían la primera preocupación. Durante varios minutos, los pasajeros apenas tuvieron noticias y con el paso del tiempo empezaron a saber que existía un problema técnico. “Se fue la luz en algún momento y hubo momentos de mucho enfado por parte del pasaje. No teníamos apenas información y las horas pasaban”.
Zamora24horas se hacía eco de la situación que estaban viviendo los viajeros a las siete y media de la tarde, cuando el convoy llevaba detenido casi dos horas y la información era muy escasa. Antes, sobre las seis de la tarde, un mensaje aparecía en las pantallas de los móviles de algunos viajeros: “Informamos que el Alvia 4165 se encuentra detenido por incidencia técnica. Se está trabajando en su solución. Disculpen las molestias”. Era la única información de la que disponían los viajeros.
El enfado iba en aumento a medida que pasaban las horas y el tren no se movía. “A las siete y media, desde la compañía se nos dijo por megafonía que llevábamos un retraso de dos horas y cuarto y que estábamos esperando la llegada de un técnico para poder solucionar el problema”, explica una de las afectadas.
Ante este problema, la cafetería del tren se llenó de pasajeros y los viajeros empezaron a poner en común las noticias que se conocían al respecto. “Decían los pasajeros que era un problema en el sistema de frenos, que se había quedado bloqueado el sistema neumático de los frenos”, recuerda esta zamorana que también cuenta que desde el tren se empezó a regalar agua a los viajeros ante la situación que se estaba atravesando.
No fue hasta las nueve y media de la noche cuando el tren volvía a moverse de nuevo, una vez solucionado el problema. “La marcha se reanudó a una velocidad muy inferior a la habitual. Además, tuvimos que hacer otra parada en mitad del camino que duró menos, antes de emprender la marcha de nuevo”, explica esta viajera que pudo llegar por fin a Zamora capital a las once de la noche. Allí esperaban dos autobuses por si fuera necesario realizar el resto del trayecto hasta Galicia en este medio de transporte, pero finalmente no se hizo uso de ellos.
“Fueron momentos de mucho estrés, muchas horas metidos en un vagón, a veces sin luz, en medio de la nada y sin apenas tener información. Se acabó la comida que había a bordo del tren y se vivieron algunas escenas complicadas. Una madre no tenía nada que darle de comer a su hijo pequeño, que además tenía fiebre”, rememora.
Además, paralelamente a este incidente que hizo que el trayecto en Alvia entre Madrid y Zamora se fuera a las seis horas y media de duración, en vez de a la una hora y media habitual, este fallo generó retrasos en muchos más trenes, principalmente del noroeste. Renfe estuvo durante toda la tarde anunciando retrasos en al menos media docena de trenes, incluso en algunos casos algunos servicios tuvieron que prestarse en autobús, al atascar la vía el convoy Madrid – Galicia.
En definitiva, una tarde para olvidar que obligó a que muchos zamoranos, que regresarán a su lugar de trabajo el domingo, perdieran toda la tarde del viernes encerrados en un tren.
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