Uno de los fenómenos que más interés despierta en materia laboral es el del absentismo o la ausencia, justificada o no, del puesto de trabajo. Sin embargo, en los últimos años se ha detectado una práctica que apunta en la dirección aparentemente contraria: el presentismo (o lo que es lo mismo, estar presente en el puesto de trabajo dedicando ese tiempo a asuntos no relacionados con él).
Conocer en qué consiste este fenómeno y si realmente es un hábito extendido entre los trabajadores españoles es una manera de abordar cómo perciben los empleados y las empresas la flexibilidad laboral y el compromiso con la organización, entre otros aspectos. Es por ello que la empresa de recursos humanos Adecco puso en marcha por primera vez hace tres años la encuesta sobre ‘Presentismo Laboral en España’, que ha retomado con el fin de analizar este fenómeno y su evolución interanual.
Los resultados de dicho informe ponen de manifiesto que el 53% de las empresas encuestadas indica que existe alguna práctica de presentismo entre sus trabajadores, un 13% más que un año atrás. Las empresas reconocen que sus empleados dedican tiempo de trabajo a Internet, email o redes sociales con fines personales. Por suerte, la mayoría (el 77%), sólo lo ha detectado en pocos o algunos empleados. No obstante, el 20% lo identifica en la mayoría de sus trabajadores o incluso en todos ellos, cifra que incrementa año tras año.
Las pausas para el café, los desayunos o los almuerzos y la entrada tardía en el puesto de trabajo, así como la finalización de la jornada antes de tiempo son la segunda práctica presentista más habitual en España: el 93% de las empresas que cuentan con empleados presentistas, reconocen estos comportamientos.
De nuevo, no son muchos los que lo practican. En un 89% de los casos son pocos o algunos empleados los que pierden tiempo de su jornada laboral por llegar tarde o salir temprano. En el caso de las pausas para tomar cafés, desayunar o almorzar esta proporción disminuye hasta el 69%. Sin embargo, en este último supuesto, el número de empresas que han detectado estos comportamientos en la mayoría o en la totalidad de sus empleados asciende al 23%.
Las ausencias breves y repetitivas del puesto de trabajo son otra de las prácticas presentistas más comunes: ya la ha detectado el 88% de las corporaciones: el 82% sólo lo atribuye a pocos o algunos empleados y el 6% a la mayoría o a la totalidad de la plantilla. Por último, el tabaquismo forma parte también de las prácticas de presentismo en las empresas españolas, al menos así lo afirma el 80% de ellas, aunque sólo un 7% lo detecta de manera mayoritaria o en todos sus empleados.
El perfil del presentista
No resulta sencillo trazar un perfil de empleado que tenga de forma contundente una mayor frecuencia de presentismo. La diferencia es pequeña en todos los parámetros evaluados y la principal idea que se desprende es que el 50% de las empresas dice tener menos del 10% de su plantilla con prácticas de presentismo, y tan sólo el 13% dice tener más del 75% de trabajadores presentistas. Además, en ambos casos, casi en igual grado hombres y mujeres.
Tomando en cuenta que las grandes empresas ofrecen (en mayor medida que las pymes) flexibilidad horaria y que los cargos de responsabilidad y gestión implican generalmente mayor disponibilidad y adaptabilidad a reuniones, viajes, eventos sociales relacionados con la representación de la empresa, etcétera, que implican indefectiblemente un alargamiento de la jornada laboral y la dificultad de conciliar vida familiar y profesional, se puede entender que dentro de las pequeñas diferencias apreciadas en la intensidad del presentismo por características de los empleados, sea éste identificado con cierta mayor frecuencia en el siguiente perfil: hombre o mujer indistintamente, mayor de 35 años y con contrato indefinido a tiempo completo.
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