El Parador de Zamora ha cerró sus puertas desde el pasado 17 de octubre de 2024 para llevar a cabo una reforma integral que durará 16 meses, hasta marzo de 2026. La intervención, valorada en 10,9 millones de euros, busca revitalizar este emblemático edificio renacentista del siglo XV, mejorando tanto sus infraestructuras como su eficiencia energética, sin perder de vista su carácter monumental.

La entrada del propio palacio ya atestigua sus cambios y se puede apreciar también como el patio está siendo de las primeras zonas a intervenir, además del claustro que ahora se encuentra entre vallas y escombros de una obra que durará aún más de un año. 

La presidenta de Paradores, Raquel Sánchez, destacó en su visita la importancia de la reforma, subrayando que con esta actuación se pretende "poner mucho más en valor" la monumentalidad del edificio. Durante el proceso de restauración, se llevará a cabo una profunda intervención en la fachada principal, que se renovará para devolverle su esplendor original. Además, uno de los puntos más destacados de las obras será la restauración del claustro, uno de los elementos arquitectónicos más importantes del Parador, que será rehabilitado con el fin de preservar su riqueza histórica.

El proyecto también incluye una renovación integral de la iluminación monumental, que dotará al Parador de una nueva imagen, respetuosa con su identidad histórica pero adaptada a las exigencias de la modernidad. Para garantizar una preservación adecuada de este patrimonio, se redactará un plan director de conservación, que evaluará y protegerá la arquitectura original del edificio en función de su evolución histórica.

Esta ambiciosa intervención no solo busca la conservación del Parador, sino que también tiene como objetivo mejorar su sostenibilidad y adaptabilidad a las nuevas necesidades del turismo. La modernización de los espacios y la optimización de la eficiencia energética harán que el Parador se convierta en un referente en cuanto a sostenibilidad y confort para los futuros huéspedes.

El cierre del Parador durante este período de obras afectará a sus empleados, quienes, según un acuerdo alcanzado con la empresa, se verán sujetos a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) mientras dure el proceso de reforma. Este cierre temporal no solo afectará la operatividad diaria del Parador, sino que también implicará un período de adaptación para los trabajadores hasta la finalización de las obras.

 

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