La Cabalgata de Reyes de Zamora tendrá que prescindir de piruletas a partir de 2026

El Ministerio de Consumo ultima una normativa que pondrá fin a uno de los momentos más esperados por los niños —y más temidos por los servicios de limpieza—: el reparto masivo de piruletas durante las cabalgatas de Reyes.

La medida entrará en vigor apenas unos días antes del desfile, dejando a los organizadores en plena improvisación y obligando a revisar con lupa cada carroza para evitar cualquier “infracción azucarada”.

Según fuentes del departamento, el objetivo es proteger a los niños del exceso de azúcar, evitando prácticas arriesgadas como chupar piruletas durante horas, intercambiar caramelos pegajosos o lanzarse al suelo en pos de la piruleta perfecta.

Entre las alternativas que se barajan figuran el reparto de fruta deshidratada, libros educativos, juguetes sin envoltorio, o incluso mensajes motivacionales lanzados en forma de confeti saludable.

En Zamora, donde cada año se reparten cientos de piruletas, la noticia ha generado auténtico pánico infantil. Según testigos ficticios, algunos niños ya habrían empezado a preparar protestas en masa, huelgas de chupetín y “acciones de desobediencia” durante el desfile.

Los Reyes Magos, por su parte, se muestran preocupados: “¿Cómo voy a repartir ilusión sin un palo de piruleta en la mano?”, habría confesado Melchor durante una reunión interna con sus pajes. Gaspar y Baltasar, en cambio, habrían propuesto innovar con varitas láser de confeti saludable para mantener la magia sin infringir la normativa.

Padres y comerciantes también entran en pánico: algunos barajan crear bolsas de piruletas camufladas en bolsos escolares o incluso contratar imitadores de piruletas flotantes para despistar a Consumo.

Desde el Ministerio insisten en que la tradición no desaparecerá, solo se moderniza, recordando que la ilusión no engorda y que los Reyes Magos pueden repartir magia sin azúcar añadido… aunque algunos niños todavía no lo sepan.

Para los zamoranos, el 5 de enero de 2026 promete ser histórico: una cabalgata sin piruletas pero con creatividad ilimitada, donde la sonrisa de los más pequeños dependerá de imaginación, libros, fruta deshidratada y, quizá, un poco de confeti saludable volando por los aires.