Los conductores zamoranos que recorren desde este martes la N-122 a la altura de Alcañices se han encontrado una nueva sorpresa en la carretera. Se trata concretamente de los 'dientes de dragón', una apuesta de la administración para hacer que los vehículos reduzcan su velocidad en estas zonas.
Estas pintadas en la vía tratan de influir en el conductor a través del efecto óptico, lo que obliga a estos a levantar el pie del acelerador rápidamente. Estas formas triangulares producen una sensación de que la carretera se empieza a estrechar, reduciendo el espacio de maniobra para el ojo humano a pesar de que esta mantiene los mismos metros de un extremo al otro.
Esta medida, tal como ha explicado el propio Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, ayudan a que el usuario perciba que entra en un área urbana, distinta a lo habitual en las carreteras de largo recorrido, lo que les obliga a adaptar su conducción a las nuevas circunstancias.