Tras una reunión informativa con los representantes de los trabajadores y trabajadoras celebrada el 27 de abril, CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios de Correos, así como el resto de organizaciones sindicales, han rechazado de plano las intenciones de la empresa de una vuelta a la plena actividad en tan solo una semana, pasando de la actual presencia del 25% de la plantilla de media actual -según sus propios datos- al casi 100% del total de la plantilla en dos semanas.
CCOO y UGT han insistido que el anuncio realizado por Correos se aleja radicalmente de la gradualidad y prudencia indicada por el Gobierno, se adelanta a los planes para la desescalada que el propio Ejecutivo aconseja hacer gradualmente y con prudencia, se anticipa de forma escandalosa al levantamiento del estado de alarma que finaliza, si no hay otra prórroga, el 9 de mayo, y se burla de la pauta indicada por el Ejecutivo.
Ambos sindicatos han alertado de que con la vuelta a la plena actividad, con la presencia simultánea en apenas dos semanas de cerca de 53.000 trabajadores y trabajadoras, Correos no podrá garantizar la seguridad y la salud de trabajadores y ciudadanos. A lo largo de esta semana y la siguiente del 4 de mayo, según se deduce de las ambiguas instrucciones de Correos, la empresa postal pública podría incorporar hasta al 100% de la plantilla a trabajar según áreas de actividad y territorios.
En este sentido, CCOO y UGT recuerdan que el colectivo de Correos es el segundo con mayor incidencia de casos de coronavirus, tras el personal sanitario, con más de 3.000 casos, 836 positivos y casi 2.200 en cuarentena en todo el Estado, según las cifras remitidas por la empresa a las organizaciones sindicales el 13 de abril, fecha desde la que no se han vuelto a entregar informes detallados de la indecencia del coronavirus entre la plantilla. CCOO y UGT recuerdan igualmente que no se han realizado test de ningún tipo entre los trabajadores/as y que continúa sin aclarar la distribución de miles de mascarillas defectuosas entre la plantilla, sin que se hayan tomado medidas de ningún tipo para evaluar las consecuencias de tal distribución.
Finalmente, CCOO y UGT han calificado de lamentable que la cúpula directiva de Correos, la mayor empresa pública del país, haya utilizado el chantaje y el miedo de la plantilla para condicionar la imposición de una precipitada desescalada, esgrimiendo argumentos economicistas y anunciado eventuales riesgos para hacer frente a las nóminas de los trabajadores y trabajadoras, con argumentos que pretenden dar una coartada a su precipitada desescalada laboral.
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