Un año más, Manos Unidas celebró su Operación Bocata o Día del Ayuno Voluntario. Una jornada a la que han acudido miles de zamoranos atendiendo a la llamada de la solidaridad. Esta actividad pretende manifestar las dificultades que tienen 815 millones de personas en el mundo para poder alimentarse. Una carencia que les priva de un derecho fundamental de todo ser humano como es la comida.
Con este pretexto, miles de escolares y ciudadanos en general adquirieron sus tickets para, por lo menos un día, contribuir a esta causa. A cambio de dicho donativo todos ellos tuvieron derecho a un bocadillo y una botella de agua para comer en esta jornada como simbología del ayuno al que millones de personas se ven obligados a diario.
La jornada dejó estampas como la alegría de los más jóvenes al descubrir que su bocadillo era de tortilla y no de mortadela. Una alegría insignificante al lado de la que sentirían los más desfavorecidos simplemente pudiendo comer. Una necesidad que desde Manos Unidas pretende paliar gracias a este tipo de iniciativos.
Un bocadillo que para los asistentes significa comer de una manera diferente por un día, y para otros supondrá comer, al menos, un día. Este viernes ha dejado patente la solidaridad de los zamoranos que, como viene siendo tradición, se han volcado con esta iniciativa.
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