En un día plomizo y salpicado por ráfagas de lluvia intermitente, varios centenares de zamoranos han contraatacado con un chaparrón de solidaridad. Como cada año durante estas fechas desde mediados de los 80, la Marcha de Asprosub ha congregado a una marea humana para recorrer la distancia entre Zamora y Morales del Vino en beneficio de la Fundación Personas.

A pie, a la carrera, en bicicleta o en patines; con la familia, los amigos, la pareja o en solitario, los asistentes han desafiado a la lluvia y al viento como han podido. En el primer día otoñal de verdad en la capital, los chubasqueros, los gorros y los paraguas han ejercido como paliativo necesario para aquellos que han acudido prevenidos a la cita. Otros, más despistados, han regresado a casa cabreados por no haberle echado un ojo a la previsión meteorológica.

Aun así, todos ellos han podido disfrutar del ambiente, amenizado por una banda de músicos y por las danzas y vaivenes de los cabezudos, que se han encargado de repartir sonrisas y caramelos a la entrada de la sede de la Fundación Personas, el espacio escogido para que los asistentes recibieran su merecido refrigerio. En este caso, leche, alguna pieza de fruta y bocadillos, aunque el tiempo más bien invitara a disfrutar de una buena sopa caliente.

El avituallamiento ha permitido a los caminantes, 'runners', ciclistas y patinadores afrontar el regreso hacia el Parque León Felipe con fuerzas renovadas. En grupos disgregados, la marea solidaria ha vuelto a la capital tras cumplimentar los 14 kilómetros que servirán para que la Fundación siga prestando sus servicios. A mediados de octubre se conocerá la recaudación tras un día en el que, a pesar de que la lluvia ha restado afluencia, los zamoranos han vuelto a cumplir con Asprosub.

 

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