Los comerciantes lamentan el avejentado y deteriorado estado de los inmuebles

 Los comerciantes lamentan el avejentado y deteriorado estado de los inmuebles
Los comerciantes lamentan el avejentado y deteriorado estado de los inmuebles

Las numerosas pintadas en las fachadas tan sólo reflejan un anticipo del mal estado del interior de los edificios, la mayoría de ellos abandonados o puestos en venta o alquiler pero sin acondicionar. Además, muchos de ellos tienen que hacer frente a las humedades provocadas por el recinto amurallado que protegía la ciudad y que aún se conserva entre las calles de Herreros y Balborraz. 

Mayte, gerente del comercio El Papelorio, además de mostrarnos la zona trasera del local en el que se aprecia la muralla, nos enseña otra de las peculiaridades de muchos de los locales: un pozo. “Hay días que tiene agua, otros que no, y además, algunos días desprende un olor a tubería insoportable pero no me preguntéis qué hace aquí por que no lo sé”, comenta. 

Pese a que ya lleva quince años al frente del local, especializado en papeles y pasta de papel para todo tipo de manualidades o regalos, son muchos los viandantes zamoranos que le preguntan si se trata de un establecimiento nuevo. “Esta calle no tiene el gancho que podría llegar a tener, no está mimada como se merece”, apunta. Aunque se muestra comprensiva con la situación económica actual, sugiere que con un mínimo apoyo por parte de las instituciones, el número de empresas aumentaría de forma considerable: “Es un momento complicado para todos y si no hay dinero para las cosas importantes, tampoco lo va a haber para revitalizar zonas como Balborraz, pero con que no pusieran pegas, bastaría. Si los permisos se concedieran en un tiempo razonable y se diesen facilidades para arreglar los locales sobre todo orientadas a los artesanos, la calle recobraría su esencia”. 

Los elevados costes de rehabilitación de los edificios y el descenso de habitantes en el barrio de la Horta son algunos de los argumentos esgrimidos por los demás comerciantes para averiguar las claves de la decadencia de Balborraz. Aunque no existe una asociación específica que fomente la actividad comercial en la zona, los regentes de los locales se han unido en más de una ocasión por ejemplo para sufragar unas luces navideñas que adornaran la rúa (y que este año fueron en parte costeadas por el Ayuntamiento). 

En este sentido, Balborraz 3 es uno de los negocios más activos a la hora de proponer y organizar diversas iniciativas como catas y exposiciones. La próxima idea: una colaboración con los estudiantes de la Escuela Superior de Arte y Diseño en relación con la forja, la madera o la pintura para recuperar y reivindicar el origen artesano de la famosa cuesta. 

Paradójicamente, el actual gerente del bar ‘El Loro’, uno de los establecimientos más veteranos de la calle, coincide con la opinión de Moha, propietario del bar Medina, uno de los locales más noveles, abierto desde septiembre del pasado año. Ambos consideran que pese a ser una calle tan céntrica es transitada por muy poca gente que debido a su gran potencial turístico, podría ser explotada mucho más. 

La vida nocturna de la paralela calle de los Herreros salta al otro lado de la muralla y los comerciantes advierten un ligero repunte de la hostelería de ocio y fiesta en la rúa, con sus correspondientes beneficios y sus perjuicios. Entre estos últimos cabe destacar la suciedad en forma de plásticos y orines derivados de las fiestas y botellones organizados en la Plaza Mayor con motivo de festividades como San Pedro, Semana Santa o Carnaval. En esas fechas “transitar por la calle es horroroso, es una vergüenza, y todo ello es por falta de cultura y educación”, sentencian.

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