El paso del tiempo sigue haciendo mella en los comercios de Zamora, y muchos son a los que le llega el infausto día de bajar la persiana para no volver a subirla. La tienda de Aperos y Viandas de la Rúa de los Notarios cuelga el cartel de 'Liquidación por cierre. 50%'. Un anuncio que ha llamado la atención de muchos viandantes a su paso, pues se trata de una de las tiendas más míticas del Casco Antiguo. No obstante, para Luis Barrueco, quien ha gestionado el comercio durante casi dos décadas, bien puede tratarse de un día ansiado, en busca de un merecido descanso.
"Estaba deseando terminar", comenta a Zamora24horas. No obstante, lamenta y es plenamente consciente de que se ha producido "un cambio de paradigma". "La gente solo quiere vivir, no quiere trabajar, pasa como con la hostelería", comenta y añade que "todo el mundo se interesa pero cuando dices que se trabaja los fines de semana todos se echan atrás". El trabajo durante los 18 años que Luis Barrueco ha gestionado una tienda que ronda las tres décadas de vida ha visto su último gran empujón con Fromago y el Mercado Medieval. "No me lo esperaba, pero ha venido muchísima gente", celebra y añade que, a su modo de ver, "ha sido el broche de oro" a una trayectoria que ya está tocando a su fin.
"Para Goyo, el creador de la tienda, ha sido más triste, y es una pena, pero el tiempo está cumplido", señala. Asimismo, añade que "solo he recibido mensajes de amigos, que entienden que esté tan cansado". "En ese sentido estoy muy quemado", lamentaba.
"Trabajas todos los fines de semana, y ¿cuándo vives? Pues ahora me toca vivir"
Uno de los elementos más emblemáticos de esta tienda cuyo inminente cierre ha conmocionado a los vecinos de la calle y de gran parte de Zamora son los muñecos que ornamentaban la entrada al establecimiento. Afortunadamente, no caerán presa del olvido, pues ha habido quien ha querido darles el valor que merecen y se ha interesado por comprarlos. "Me los ha comprado un particular, que estaba muy interesado y se los ha llevado", comentaba Luis. Un luis que, ya pensando en la descansada vida, solo espera que llegue ese 31 de octubre en el que entregará las llaves. "A primeros de mes ya empezaré a desmantelar la infraestructura de la tienda", asegura.
Ya llega, pues, el merecido descanso de Luis Barrueco, que solo piensa en "coger la guitarra y hacer música", lejos de un trabajo que ya se había convertido casi en una "esclavitud" para él. "Trabajas todos los fines de semana, y ¿cuándo vives? Pues ahora me toca vivir", afirma. Así, es ese cambio de paradigma el que, una vez más, aliándose con el inmisericorde paso del tiempo baja otra persiana que nunca volverá a levantarse. La salvedad en este caso es que cuando Luis vuelva a pasar por delante del local que ha albergado Aperos y Viandas de Zamora durante 30 años no lo mirará con el corazón encogido, sino con el descanso y la plenitud vital que llena el vacío que han dejado años de duro trabajo.
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