A pesar de lo seductores que puedan resultar los escaparates de los comercios durante esta época, debemos llevar cierto control y no dejarnos cegar por los descuentos. Un gasto excesivo, una falta de planificación y un uso desmesurado de la tarjeta de crédito pueden convertir las rebajas de verano en una pesadilla cuando llegue el próximo extracto del banco. Desde el comparador de productos financieros HelpMyCash.com nos traen siete consejos para gestionar con cabeza el gasto durante esta época.
Crea tu lista de la compra
Antes de abalanzarnos sobre esos zapatos tan fabuloso que quizá no necesitamos, sobre la camiseta veraniega de moda idéntica al resto que ya tenemos en el armario o de hacernos con el último modelo de nuestra marca de teléfonos favorita, vale la pena que revisemos qué necesitemos y de qué podemos prescindir. Aunque nuestras ganas de exprimir las rebajas sean infinitas, nuestro bolsillo tiene fondo.
Establece un presupuesto
Una vez definidas las necesidades y descartados los caprichos, deberíamos fijarnos un presupuesto acorde con nuestros ingresos y nuestros gastos habituales. Las cuotas de la hipoteca, los recibos de la luz y la cuenta del supermercado no perdonan, ni siquiera en época de rebajas, por lo que no deberíamos gastar más de lo necesario si queremos que nuestra cuenta corriente no acabe esquilmada.
Aléjate de las nuevas colecciones
Las nuevas colecciones siempre ocupan un lugar privilegiado y pueden acabar fastidiándonos el presupuesto, ya que sus productos no están rebajados. Si hemos venido en busca de gangas, lo lógico sería que adquiriésemos productos con descuentos, para aprovechar realmente las rebajas.
Mantén las deudas a raya
Aunque pagar con tarjeta sea muy práctico, ya que nos permite prescindir del efectivo, deberíamos tener cuidado con sacarle un brillo excesivo a la tarjeta de crédito a golpe de datáfono. No olvidemos que si aplazamos el pago de las compras tendremos que abonar intereses que suelen rondar el 21 %. Eso sí, si optamos por abonar las compras a final de mes, no tendremos que asumir gastos extra, simplemente preocuparnos de contar con el dinero necesario en la fecha en la que el banco nos pase el extracto.
En cualquier caso, si hemos esperado a las rebajas para realizar una compra de importe elevado, por ejemplo de un electrodoméstico o de un mueble, y difícilmente podremos abonarla al contado, antes de fraccionar la devolución del importe deberíamos averiguar qué modalidad de pago lleva la tarjeta por defecto y en cuántos meses saldaremos la deuda. Cuanto menor sea el plazo, menores serán los intereses. Un ejemplo: fraccionar una compra de 500 euros durante tres meses con una tarjeta de crédito al 21 % TIN nos costará 17,60 euros, pero si dilatamos el plazo un año, el coste será de 58,68 euros.
Desde HelpMyCash.com señalan que otra opción es aprovechar las tarjetas con devolución en compras que, si bien la bonificación siempre será inferior a los intereses, pueden acabar abaratando considerablemente la operación.
Controla los gastos
La locura de las rebajas no debería impedirnos llevar a cabo un control exhaustivo del gasto que estamos realizando. Para no perder la cuenta, podemos guardar todos los tiques, anotar los pagos en una libreta o servirnos de las bondades de nuestro smartphone y utilizar una app que nos ayude a controlar los gastos.
Compara las ofertas
Aunque los llamativos tantos por ciento que adornan los escaparates de las tiendas parece que ejerzan su propia fuerza gravitatoria sobre nosotros, no debemos dejarnos llevar. Desde el comparador señalan que, como ocurre en casi todos los sectores, comparar suele ser el mejor truco para encontrar el precio más bajo.
Aprende a decir ‘basta’
Nosotros mismos deberíamos ser los primeros en ponernos freno si el gasto se eleva demasiado. Evitar las compras compulsivas y ser conscientes de cuánto podemos gastar y de qué productos necesitamos nos ayudará a llevar a cabo un gasto responsable durante esta época.
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