Un trabajador con un sueldo medio anual de 24.400 euros brutos destina 102 días a pagar cotizaciones a la Seguridad Social, 37 al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), 25 al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), 12 a impuestos especiales y 5 a otros impuestos en general.
Según el informe de la Unión de Contribuyentes y la Fundación para el Avance de la Libertad, en total, dedica 181 días de su trabajo (15.706 euros) a pagar a la Administración. ¿Cómo es posible pagar más de 15.000 euros en impuestos con un sueldo bruto de apenas 24.000? Porque, en realidad, el coste laboral de este trabajador es de 31.696 euros.
Las cotizaciones patronales, que no aparecen en el sueldo bruto, hacen opaco el sistema fiscal. Los trabajadores ignoran que la empresa aporta a la Seguridad Social el equivalente a 84 días de trabajo, 7.296 euros por encima del salario bruto. Así, el valor real del trabajador (o el coste laboral para la empresa) es en realidad de 31.696 euros.
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