Concienciación y monitorización para atajar una enfermedad con cifras alarmantes: llega el Día Mundial de la Diabetes

Este trastorno se ha convertido en una pandemia silenciosa que ha agravado la COVID-19 y cuyas estimaciones futuras se sitúan en torno a los 700 millones de casos en el mundo

Bomba de insulina de Paula Ramos, persona que sufre diabetes.
Bomba de insulina de Paula Ramos, persona que sufre diabetes.

España se ha convertido en el segundo país de Europa con mayor número de personas afectadas por diabetes, una enfermedad crónica producida por deficiencias en la cantidad o utilización de insulina, lo que provoca un exceso de glucosa en la sangre. Más de cinco millones ya sufren una pandemia silenciosa que ha aumentado sus cifras hasta en un 42% respecto a datos prepandémicos, concretamente del año 2019, y los presagios indican números todavía más terroríficos: en dos años, en 2025, y según la Federación Internacional de Diabetes, podrían subir hasta las nueve millones de personas. Paula Ramos, que padece diabetes tipo 1, y Eusebio Díez, presidente de la Asociación de Diabéticos de Zamora (ADIZA), explican lo que supone esta afección en su Día Mundial.

A Paula le cambió la vida en el mes de septiembre de 2013 cuando un día paseaba por la calle y, de repente, se desmayó: “Semanas antes tenía síntomas de beber mucha agua hasta que un día me desmayé. Me llevan a Urgencias, me dicen que tengo 500 mg/dl de azúcar, me ponen insulina y me lo confirman el día posterior. Me explican todo el proceso que tengo que seguir y sí que fue un jarro de agua fría, porque la pregunta que te haces es: «¿Y ahora qué comes?»”, expresa.

"Después de diez años lo tengo ya muy interiorizado y automatizado, pero los primeros años tenía que ir con una báscula fuera de casa y pesar toda la comida para saber cuántos hidratos de carbono me estaba metiendo" - Paula Ramos

A partir de ahí, tu vida pasa a ser monitorizada por una bomba de insulina que se convierte en tu nueva compañera de vida: “La bomba lo gestiona todo y cada tres días tienes que darte un pinchazo por vía. Cada vez que comes, el aparato te recuerda que tienes que ponerle lo que vas a comer. Después de diez años lo tengo ya muy interiorizado y automatizado, pero los primeros años tenía que ir con una báscula fuera de casa y pesar toda la comida para saber cuántos hidratos de carbono me estaba metiendo”, comenta.

Este aparato, que Paula solo se quita para ducharse, también puede fallar, lo que propicia renunciar a cualquier plan que tengas: “Si estás fuera de casa y falla, tienes que volverte cuanto antes. Cada subida y cada bajada afecta al hígado, al páncreas, y hay que ser cauteloso”, razona sobre una herramienta que, además, garantiza una enorme seguridad para todos aquellos que te rodean: “Esta nueva bomba tiene una aplicación móvil que permite asociar otros dispositivos. Por ejemplo: mi madre sabe en todo momento el azúcar que tengo. Y si a mí me pita y no me entero, a ella le salta una alerta de que yo no tengo el azúcar bien. Ganas en seguridad y en calidad de vida”, razona.

La provincia de Zamora, al igual que Castilla y León, se sitúa en un 14 por ciento de diagnosticados; unas cifras que no invitan en nada al optimismo para frenar este crecimiento: “Durante la COVID, al estar confinados, hubo trastornos alimenticios y desordenes totales en todos los ámbitos de la vida, pero en el alimentario más. Y lejos de corregirlos, se están manteniendo, lo que hace que suban las cifras de obesos y personas descompensadas”, argumenta Eusebio Díez, presidente de la Asociación de Diabéticos de Zamora (ADIZA).

Una entidad que se creó a finales de los años 90 y que ofrece asesoramiento e información sobre una enfermedad que es clave prevenirla con una buena alimentación: “No puedes hacer algo que no sea una dieta mediterránea. Hay que comer de todo, pero calculando las cantidades, claro. Y en un diabético, más”, manifiesta sobre una conducta alimenticia con un lema claro: ‘Comida, caminata’: “Puedes comer lo que quieras, pero si te metes un cocido, luego tienes que salir a quemarlo”, afianza.

"Con la palabra cáncer, todo el mundo se pone firme; con la palabra diabetes, nada" - Eusebio Díez

La concienciación, por tanto, se antoja clave sobre una enfermedad que seguirá subiendo exponencialmente sus casos, con estimaciones para 2035 y 2040 de 700 millones de diabéticos en todo el mundo: “¿Qué adelantamos teniendo los mejores médicos, los mejores productos, si luego no existe concienciación? A las asociaciones apenas nos contemplan y si a esto le añadimos que tenemos una población muy envejecida, esto se va a convertir en un caldo de cultivo muy peligroso. Con la palabra cáncer, todo el mundo se pone firme; con la palabra diabetes, nada”, asevera.

Un problema que es necesario abordar cuanto antes tras las estampas que, según Díez, se ven en los supermercados: “Ves los carros de la gente ‘repletos’ de azúcar con pastas, dulces, productos ultraprocesados… Pero, claro, a nivel de salario, ¿cómo vas a hacer una dieta mediterránea sana si hay a gente que no le llega para pagar la hipoteca? Es un cúmulo de cosas que van en contra de nuestra salud”, concluye el presidente de ADIZA, que estará tanto hoy, martes, como mañana, miércoles, en el Centro Comercial Valderaduey realizando mediciones de glucosa con el fin de detectar esta grave perturbación que tiene la sociedad.

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