El número de incendios forestales se redujo un 34 por ciento en 2020 respecto a la media del decenio, un descenso que fue especialmente significativo al inicio de la campaña, cuando se redujo hasta un 50 por ciento por un efecto combinado de la de la meteorología favorable y el confinamiento por la pandemia Covid-19, según datos de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias.
El informe señala que durante el periodo estival la actividad fue similar a la de años anteriores pero en todo caso, 2020 fue el segundo mejor ejercicio a efectos de Protección Civil del último lustro.
Las comunidades Autónomas más afectadas en invierno fueron Asturias y Cantabria, mientras que en el verano lo fueron las Comunidades de la parte occidental, Galicia, en especial la provincia de Orense, Andalucía y Castilla y León.
En total, de los 508 incendios notificados al Centro Nacional de Emergencias en 2020, un total de 48 tuvieron consecuencias para la población o sobre sus bienes. Este dato supone el segundo mejor dato de los últimos cinco años. Sin embargo, en ese año fallecieron 6 personas y otras nueve resultaron heridas.
Por otro lado, 7.500 personas tuvieron que ser evacuadas con carácter preventivo y se produjeron diversas incidencias en infraestructuras y algunos servicios básicos resultaron afectados.
Entre los incendios notificados al CENEM, intervinieron 453 medios del Ministerio para la Transición Ecológica, y en 21 hubo intervención de la Unidad Militar de Emergencias.
A lo largo del año se registraron 19 grandes incendios forestales, que superaron las 500 hectáreas afectadas. En estos 19 incendios se quemó el 45% de todas las hectáreas afectadas.
Así se ha constatado en una jornada organizada por el área de Política Forestal del Ministerio para la Transición Ecológica y por la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior con el objetivo de fortalecer la coordinación y la eficacia en la respuesta ante este tipo de emergencias.
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