Consejos para elegir un buen roscón de Reyes

Hoy en día hay una gran variedad de oferta para el típico manjar de Reyes, sin embargo, entre esa gran oferta hay ingredientes de dudosa calidad. Por eso, la OCU ofrece algunos consejos para elegir entre lo mejor del mercado.

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Llega el día de reyes y con él la tradición de comer un roscón, un dulce originario de Francia que actualmente goza de plena aceptación en España. Los hay de multitud de tamaños, e incluso con o sin nata, pero el objetivo siempre es el mismo: disfrutar de una buena ración y, si hay suerte, que toque la sorpresa.

El roscón original debe contar con cuatro requisitos: debe tener una masa fermentada y horneada dulce, debe tener ralladura de naranja o limón y agua de azahar para tener sabor a cítricos, tiene que tener una decoración con almendras, fruta escarchada y azúcar y no debe llevar relleno. A partir de estas premisas, la OCU ofrece una serie de consejos para encontrar el mejor roscón.

Masa de mantequilla. Tiene que hacerse con mantequilla. Este es el punto más importante a la hora de elegir un roscón.

En las panaderías es habitual usar mantequilla, pero los que se venden en supermercados suelen recurrir al aceite de girasol u otros aceites vegetales poco saludables (coco, palma, palmiste...).

El contenido medio de grasa en un roscón ronda el 12% (sube hasta un 20% si llevan relleno de nata). Una cifra moderada si la comparamos con la de otros dulces.

La masa del roscón tradicional es una masa fermentada, esponjosa, pesada y relativamente seca. Pero los gustos han cambiado y hoy en día es frecuente encontrar masas más ligeras, estilo bollo suizo.

Sin nata “artificial”. Si decides comprarlo con relleno, comprueba que la nata sea verdaderamente nata. Muchos roscones no tienen un relleno 100% nata, sino un "mix vegetal" con aceites (coco, palmiste, palma), espesantes y texturizantes. Es un recurso que baja el precio del roscón, pero también su calidad.

Decoración auténtica. Es fundamental que se decore antes de meterlo al horno:

Almendra: cruda para que se tueste durante el horneado. Se suele añadir en láminas, en bastoncitos o molida, pero debe quedar crujiente. Hay un truco para saber si tu roscón fue congelado: la almendra se queda blanda y rancia al descongelarse.

Fruta escarchada: la tradición ordena guindas y trocitos de naranja. La última moda prefiere calabaza (más barata que otras frutas) en láminas de vivos (y artificiales) colores rojos y verdes

Azúcar: se encuentra de diferentes maneras (suelto, en trocitos...).

No pagues de más. Las diferencias de precio son enormes, pero para un roscón con nata estas son las referencias:

Pastelería tradicional: entre 40 y 60 euros el kilo.

Supermercado: se encuentran por menos de 15 euros el kilo.

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