Del contenedor al asfalto: la nueva vida de los residuos en las carreteras de Castilla y León
La Junta de Castilla y León reafirma su liderazgo en innovación ambiental en infraestructuras viarias con el uso de mezclas bituminosas ecológicas y tecnologías alineadas con la economía circular.
La Junta de Castilla y León ha dado un paso más en su compromiso con una movilidad más sostenible al incorporar tecnologías respetuosas con el medio ambiente en la construcción y conservación de sus infraestructuras viarias. Así lo ha subrayado el director general de Carreteras e Infraestructuras, Jesús Puerta, durante la jornada técnica “Mezclas bituminosas más sostenibles”, celebrada este 22 de mayo.
Durante el evento, Puerta destacó el carácter pionero de la comunidad en el uso de materiales innovadores que permiten reducir el impacto ambiental y optimizar los recursos disponibles. “Todos deseamos convivir en equilibrio con nuestro entorno. Aplicar esas premisas a nuestras carreteras ha de ser el faro que nos guíe”, señaló.
Entre las iniciativas más destacadas se encuentra la utilización de polvo de neumáticos fuera de uso para la fabricación de betunes, lo que convierte a Castilla y León en la primera comunidad autónoma en implantar esta técnica a gran escala. Esta práctica no solo da una segunda vida a residuos industriales, sino que además mejora la durabilidad y resistencia térmica del firme, reduciendo costes de mantenimiento y aumentando la eficiencia operativa.
La jornada, organizada con la colaboración de empresas del sector, centros de investigación e instituciones, se centró en el análisis de soluciones sostenibles aplicadas a las carreteras: desde el uso de aditivos naturales como la pechina, subproducto del aceite de oliva, hasta la inclusión de áridos reciclados y pavimento asfáltico reutilizado.
En este sentido, la Junta ha ejecutado tramos experimentales en la Autovía A-601, tanto en la provincia de Segovia como en Valladolid, empleando hasta un 15 % de material reciclado y mezclas semicalientes que reducen el consumo energético y las emisiones contaminantes durante su aplicación.
Asimismo, con el objetivo de disminuir la huella de carbono, se ha limitado en las licitaciones públicas la distancia máxima de las plantas de fabricación de mezclas bituminosas a 100 kilómetros de la obra, minimizando las emisiones derivadas del transporte de materiales.
“No es la tecnología la que cambia sola: somos nosotros quienes evolucionamos”, concluyó Puerta, insistiendo en la importancia de formación, investigación y colaboración como pilares clave para lograr una transformación real en el modelo de conservación viaria.
Con estas actuaciones, Castilla y León se posiciona como referente nacional en sostenibilidad viaria, apostando firmemente por la economía circular, la innovación con impacto y una movilidad que protege el medio ambiente sin renunciar a la calidad y seguridad de sus infraestructuras.
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