El cordero puebla desde tiempos inmemoriales las mesas de los pueblos mediterráneos, cuna de las tres grandes religiones monoteístas que, de algún modo, surgieron no muy lejos de las aguas de ese mar.
Judíos, cristianos y musulmanes vieron en el cordero un animal con el que ofrecer sacrificios a sus dioses hasta el punto de que la iconografía cristiana identificó la imagen de Jesucristo con el cordero ya en las primeras iglesias.
El Museo Etnográfico de Zamora, ha acogido este sábado una conferencia a cargo de Ana Belén González Pinos, consultora gastronómica, quien ha hecho un repaso de la importancia del cordero en las tres religiones, con sus particularidades de cocinado en cada una de ellas y explicando con detalle el porqué del nexo entre las tres grandes religiones monoteístas en torno al cordero.
En Europa, de mayoría cristiana, se come cordero pero, la carne sobre la que se edificó la Europa cristiana fue la de cerdo, prohibida por Moisés y Mahoma a sus fieles.
''Para los judíos el cerdo es impuro y para Mahoma es sucio'', ha explicado González Pinos, refutando las creencias de estas dos religiones con el poco aprovechamiento del cerdo en comparación con el cordero, del que a parte de la carne, se podían obtener muchos otros productos.
''El cerdo necesita agua y hierba, es difícil criarlo en espacios áridos. Para regular su temperatura, el cerdo que es un animal que no suda se mete en el barro y siendo sucio'', ha explicado en relación al veto musulmán.
En cuanto a las particularidades del cocinado, en España es tradicional comer el cordero lechal, de carne blanda y joven mientras que musulmanes optan por el cordero viejo, al que ablandan en coción o transforman en cecina. Asimismo, las leyes del Corán vienen a decir que ''o lo matas tú o no comes'', ha explicado Ana Belén en relación a la posibilidad de encontrarse el animal muerto.
A lo largo de la historia, todas estas creencias y tradiciones han ido evolucionando y pese a que en España está arraigado el consumo de cerdo, el cordero se veía como un signo de poder al estar permitido comerlo durante periodos en los que el catolicismo prohíbe comer carne pagando por una bula o dispensa.
El cordero está presente en las mayores celebraciones de las religiones musulmana y judía, la llamada precisamente Fiesta del Cordero, o fiesta del sacrificio (Eid al-Ahda) para los primeros, la cena de la Pascua (Pésaj) para los segundos.
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