CSIF pide pistolas eléctricas para que los funcionarios de prisiones se defiendan de las agresiones

El sindicato registra una petición formal y reclama que se endurezca el catálogo de faltas y sanciones disciplinarias.

 Torre carcel topas
Torre carcel topas

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) , sindicato mayoritario en la mesa del Ministerio del Interior, ha registrado una petición formal a Instituciones Penitenciarias en la que reclama que se dote a los funcionarios de pistolas eléctricas para defenderse ante potenciales agresiones y que se endurezcan las faltas y sanciones disciplinarias a los reclusos.

En las últimas horas tuvo lugar una nueva agresión en la cárcel de Piccassent (Valencia), donde un interno propinó una patada a un trabajador. Este mismo interno ya causó el pasado sábado la rotura de dos dedos a otro funcionario en la enfermería. Ayer salió de permiso extraordinario por una cuestión familiar y, al ser cacheado a la vuelta, le encontraron sustancias estupefacientes, un teléfono móvil, dos cuchillas en la boca y se mostró agresivo en ese cacheo.

Asimismo, la semana pasada otro funcionario de Soto del Real (Madrid) recibió varios pinchazos en la espalda y cuello con un arma de fabricación casera.

Este hecho se produce en un contexto de escasez de plantilla, falta de medios y carencia de formación en seguridad. El Gobierno tiene previsto aprobar la oferta de empleo público para 2019 en la Administración General del Estado que, según los datos adelantados, apenas sirve para cubrir las jubilaciones previstas y mantiene los niveles endémicos de destrucción de empleo.

En todo caso, CSIF señala la necesidad de actualizar el catálogo de medios coercitivos, habida cuenta de que los trabajadores penitenciarios desarrollan su función con un colectivo en el que predominan los comportamientos agresivos y antisociales, trastornos mentales y conductas adictivas.

En este sentido, CSIF reclama un medio defensivo eléctrico que permita incapacitar a un sujeto que dé muestras de una agresividad o violencia inusual y una feroz resistencia frente a la actuación del funcionario, pudiendo derivar en previsibles y serias lesiones.

De la misma manera, CSIF insiste en la necesidad de considerar a los funcionarios de prisiones como agentes de la autoridad para reforzar su seguridad y una mejora del Protocolo de Agresiones, que incorpore medidas preventivas, adecuadas y un incremento en el presupuesto para reforzar las actuales medidas de protección de funcionarios (chalecos, guantes…).

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