Las cuadrántidas, la última y la primera lluvia de meteoros del año: estos son todos los detalles
El Observatorio Astronómico Nacional hace un análisis sobre lo que se espera este año, por qué se esperan y qué hacer para verlas
La lluvia de las cuadrántidas es la primera lluvia de meteoros del año en el hemisferio norte. Es visible entre el 28 de diciembre y el 12 de enero, y su momento de máxima actividad sucede hacia el 3 de enero, según detalla el Observatorio Astronómico Nacional.
Las cuadrántidas pueden alcanzar una tasa de actividad superior a los 120 meteoros por hora y una velocidad de 41 kilómetros por segundo, lo que las convierte en una de las lluvias más activas del año, junto a las perseidas de agosto y las gemínidas de diciembre. Sin embargo, estos meteoros no se observan con tanta frecuencia, ya que su pico de actividad dura solo unas pocas horas y suele coincidir con condiciones meteorológicas invernales desfavorables.
Para observadores en latitudes de 40º norte, el radiante de las cuadrántidas se sitúa por encima del horizonte desde el anochecer hasta el amanecer.
¿Qué se espera este año?
En 2025, la observación de esta potente lluvia de estrellas se verá condicionada por el momento del máximo, que tendrá lugar a las 16:00 horas del 3 de enero, en horario peninsular, lo que dificulta su observación directa. A ello se suman las posibles malas condiciones meteorológicas propias del invierno.
No obstante, durante la noche previa y la posterior, la Luna, con una iluminación cercana al 10%, no interferirá significativamente en la visibilidad de los meteoros más débiles.
¿Por qué suceden?
El origen de las cuadrántidas sigue siendo incierto. Algunos astrónomos apuntan al asteroide 2003 EH1 como posible responsable de esta lluvia de estrellas. Descubierto en 2003, se cree que podría estar relacionado con el cometa extinto C/1490 Y1, observado hace unos 500 años por astrónomos chinos, japoneses y coreanos.
Cada año, por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo de fragmentos desprendidos supuestamente de este asteroide. Cuando estos meteoroides entran en la atmósfera terrestre, se calcinán por la fricción con el aire, generando el resplandor luminoso conocido como estrella fugaz. Habitualmente, estas partículas tienen tamaños de milímetros a centímetros y se desintegran a unos 100 kilómetros de altura.
La lluvia de meteoros parece tener un único centro de origen, denominado radiante, del que aparentan surgir todas las estrellas fugaces. En el caso de las cuadrántidas, este punto se localiza al norte de la constelación de Bootes (el Boyero), cerca de la cola de la Osa Mayor. Su nombre procede de la antigua constelación Quadrans Muralis, definida en 1795 por el astrónomo francés Jerome Lalande, aunque ya no está reconocida por la Unión Astronómica Internacional (IAU).
¿Qué hacer para ver las cuadrántidas?
Para disfrutar del espectáculo, es recomendable elegir un lugar con cielo oscuro y pocos obstáculos visuales, como edificios, árboles o montañas. No es necesario utilizar instrumentos ópticos, ya que reducen el campo de visión. Aunque el radiante se sitúe en Bootes, las estrellas fugaces pueden verse en cualquier parte del cielo.
Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, preferiblemente en sentido opuesto a la Luna si esta está presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se adapte a la oscuridad. Y, dada la época del año, es imprescindible abrigarse bien para soportar las bajas temperaturas.
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