Hace doce años, en 2011, la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) proponía una iniciativa que llegaría para quedarse con el transcurso de los años: el Día de las Librerías. Una festividad que homenajea a aquellos lugares donde se siente la cultura y el aroma que desprenden todos y cada uno de los libros. Una conmemoración a aquellos espacios donde se puede tocar el papel y estar inmerso en un viaje que te transporta a otro mundo con tan solo un prólogo. Un momento de libertad, crecimiento y desarrollo para tres librerías zamoranas -Mil hojas, Jambrina y Semuret- que viven esta profesión con mucha vocación.
En un mundo donde Internet impera, las librerías viven en una ‘desventaja’ constante con los nuevos hábitos de las nuevas generaciones: “Amazon va mal para todo el mundo porque te venden de todo; es el ‘rey león’. De hecho, si todos nos dedicáramos a pedir por Amazon, destruiríamos nosotros solos Zamora”, afirma Pilar García, de la Librería Mil hojas, quien explica el ‘calor’ que te dan estos espacios: “A mí me resulta mucho más frío sentarme en un ordenador y pedir cualquier cosa. Cuando entras en una librería, puedes tocar el libro, te atiende la persona, te informa, te aconseja y esa atención directa es muy importante”, señala.
"Todos nos deberíamos unir más y hacer más cosas para fomentar tanto la lectura como la cultura"
Los estragos económicos de la pandemia pasan poco a poco, aunque este tiempo fue interesante en cuanto a recuperar este hábito de la lectura: “Estamos viendo que la gente se ha reencontrado con el libro”, asegura Judit Pino, de la Librería Semuret, quien habla de seguir fomentando tanto la lectura como la cultura: “Tienen un gran trabajo las administraciones en cuanto a acercar y dar facilidades a las pequeñas librerías para poder fomentar y estimular al lector. Igualmente, creo que todos nos deberíamos unir más y hacer más cosas para fomentar tanto la lectura como la cultura”, afianza.
Pero, ¿cómo convencer a una persona a que se siga acercando a estos lugares? Pilar Jambrina, de la Librería Jambrina, lo explica así: “Yo le diría que se anime y mire todos los libros: que los toque, vea de qué van, que lea un trozo, ofrecerle nuestra ayuda…”, comenta, animando también a inculcar desde pequeños esta rutina: “Si tú lees un libro, un niño pequeño se va a familiarizar con ese hábito por mucho tiempo. Sí que es cierto que en la adolescencia se deja un poco, pero luego lo vuelven a recuperar”, asevera.
"Una librería te imprime amor. Es el mundo que más me gusta y no me dedicaría a otro que no fuera este"
Una jornada de celebración que contará con un cinco por ciento de descuento en todos los establecimientos, donde cada una de las profesionales sienten una vocación que va más allá de lo laboral: “Una librería te imprime amor. Es el mundo que más me gusta y no me dedicaría a otro que no fuera este”, afirma Pilar sobre una opinión también compartida por Judit: “Trabajar rodeada de libros es una fantasía. El hecho de trabajar con ellos es un sueño hecho realidad”, sostiene.
Una pasión que nació para Pilar Jambrina, desde bien pequeña, en una imprenta: “Es lo que he vivido durante toda mi vida. Nací en una imprenta y esto me encanta. En el 1942, mi padre montó una imprenta, nací yo, luego llegó la librería y ya toda la vida he estado rodeada de libros”, apuntala.
‘El retrato de casada’, de Maggie O’Farrell; ‘El limbo de los cines’, de Luis Mateo Díez; y ‘Las despedidas’, de Jacobo Bergarache, son algunos de los ‘imperdibles’ que no pueden faltar en un día como hoy y tampoco en nuestras próximas lecturas, que tratarán de sumergirnos en un mundo donde el saber y las aventuras seguirán sin ocupar lugar.
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