En 1979 Miguel de la Quadra-Salcedo creó la Ruta Quetzal con el objetivo de consolidar entre la juventud de 16 y 17 años los cimientos de la Comunidad Iberoamericana de Naciones entre todos los países de habla hispana, incluidos Brasil y Portugal. Ruta Quetzal es más que un viaje, es una expedición "iniciática", "ilustrada" y "científica" en la que – durante cerca de mes y medio, de mediados de junio a finales de julio – se mezclan la educación en valores, la cultura y la aventura.
A través de un riguroso proceso de selección, los expedicionarios son elegidos entre los mejores estudiantes de cada país. En España, los participantes deben realizar un trabajo siguiendo los requisitos recogidos en las Bases de Participación del Concurso que se presentan anualmente. En el resto de países, son las Embajadas españolas, a través de sus Consejerías Culturales y de Educación, las que, en colaboración con los Ministerios de Educación de cada país, desarrollan las actuaciones correspondientes en la gestión y elección de los seleccionados en coordinación con la Organización del programa.
Este año, tras ese proceso de selección, tres alumnas zamoranas han sido elegidas para disfrutar de la Ruta Quetzal: Allba María Aldonza Vega, Carmen Arias González y Helena Arias González. Además de ellas, Virginia Vecilla Bravo ha sido elegida como monitora para acompañar a los 150 expedicionarios en su aventura.
Para este año 2022, Mar de Santiago y Ruta Quetzal en colaboración con la Xunta de Galicia propusieron conmemorar el Año Santo Jacobeo 2022, realizando la Expedición Translatio. Un viaje de estudios y aventura en el que 150 jóvenes han reviivido la historia del Apóstol Santiago recorriendo durante diez días los escenarios que fueron testigos de su último viaje.
Los jóvenes comenzaron su expedición realizando un interesante recorrido histórico y cultural por Braga, ciudad portuguesa desde donde partía la antigua Vía romana número XX per loca marítima o por los lugares marítimos. Tras superar un desnivel de más de 100 metros y ascender los diecisiete tramos de sus monumentales escaleras barrocas, los expedicionarios montaron su primer campamento en lo alto del santuario de Bom Jesus do Monte.
Continuaron recorriendo el norte de Portugal visitando las eurociudades de Valença do Minho y Tui, en la provincia de Pontevedra, desde donde comenzaron un descenso en kayak a lo largo del río Miño, frontera natural entre España y Portugal, hasta llegar a la antigua Aquis Celanis, la actual Caminha, en las puertas del océano Atlántico.
Ya en Galicia, subieron a pie al Monte de Santa Tecla en La Guardia, para estudiar, en este estratégico enclave a 341 metros sobre el nivel del mar, la historia de su sitio arqueológico o castro y sus petroglifos con más de dos mil años de antigüedad.
Continuaron bordeando la costa atlántica visitando el Real Monasterio de Oia, antiguo monasterio cisterciense fundado en el siglo XII, siguiendo hasta la ciudad de Baiona, villa de gran importancia histórica por ser la primera de Europa que supo la noticia del descubrimiento del Nuevo Mundo.
Además, en esta ciudad conmemoraron el V Centenario de la Expedición de Magallanes-Elcano, primera circunnavegación a la Tierra que tuvo lugar entre 1519 y 1522, y en la que participaron los bayoneses Diego Carmena y Vasco Gómez, marineros que formaron parte de los dieciocho supervivientes que concluyeron la travesía.
La Expedición Translatio retomó la Vía XX romana navegando rumbo al Vicos Caporum o cabo de Vicos, en las Islas Cíes, dentro del parque nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. En la isla de San Martiño recordaron la Leyenda del Caballero de las Conchas de Bouzas que tuvo lugar frente a las costas de este archipiélago y que relata el origen de la concha de vieira como símbolo del peregrino.
Desde Sanxenxo, y siguiendo los pasos del cuerpo del apóstol, entraron en la ría de Arosa para llegar hasta Vilanova de Arousa. Esta rica localidad marinera vio nacer a uno los autores clave de la literatura española del siglo XX: el dramaturgo, poeta y novelista Ramón María del Valle-Inclán. Nuestros expedicionarios visitarn su Casa-Museo, conocida también como “Casa do Cuadrante”, que recoge buena parte de su obra y otras publicaciones relacionadas con su vida. También descubriremos el ancestral oficio que ha llevado a esta villa a ser una de las principales productoras de mejillón con sello DO Mexillón de Galicia, visitando sus parques de cultivo flotante o bateas.
Remontando el río Ulla llegaron a Catoira, cuna de Diego Gelmírez, primer arzobispo de Compostela que en el siglo XII mandó construir las Torres de Oeste, punto estratégico militar que combatiría el asedio de pitaras vikingos que llegaban hasta esta villa para robar los tesoros de la catedral de Santiago. La expedición rememoró su historia instalando su campamento junto a ella, y continuó después recorriendo los meandros del valle del Ulla en el municipio de Valga, en un entorno natural de gran belleza salpicado por cascadas, bañeras de agua dulce y playas fluviales.
El puente de origen romano que une las provincias de Pontevedra y A Coruña, da nombre a la última parada que la Expedición Translatio realizó siguiendo el curso del río Ulla: Pontecesures. Nuestros jóvenes comenzaron aquí la etapa final del viaje en una marcha a pie en la que el camino jacobeo portugués se funde con la calzada romana descrita en el Itinerario de Antonino. Padrón, Iria Flavia, Escravitude y Milladoiro fueron algunos de los lugares que recorrieron los expedicionarios siguiendo las flechas amarillas que marcan el Camino que conduce a los peregrinos hasta la Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios