David Francisco: “La ceremonia de entrega de títulos fue emotiva porque recuerdas todo lo sufrido para llegar ahí”
¿Cuándo comenzó a prepararse para la oposición? Al terminar mis estudios en la facultad de Salamanca decidí tomarme unos meses de reflexión acerca de mi futuro profesional y poder así valorar todas las opciones que se me presentaban. Finalmente me decanté por intentar ingresar en el cuerpo de Abogados del Estado, lo cual he conseguido después de algo más de tres años de duro esfuerzo.
¿Por qué esta salida profesional con la amplitud de opciones que tiene el Derecho?
La idea de opositar se fue construyendo a lo largo de mis años universitarios, pero a decir verdad no tenía claro el camino a seguir. Valoré varias las alternativas, entre ellas, además de Abogacía del Estado, registros o notarías. Tuve la oportunidad de hablar con personas que habían superado dichas oposiciones pero al final fue decisiva la conversación que mantuve con el que a la postre sería mi preparador (D. Javier Morales Abad), Abogado del Estado entonces destinado en Zamora, que me habló de la grandeza y prestigio de éste Cuerpo al que tengo el honor de ingresar y del gran trabajo que realizan todos sus miembros. Eso, unido a la amplitud del temario que abarca todo tipo de materias y permite adquirir una formación y unos conocimientos jurídicos extraordinarios, hicieron que me decantara por esta oposición.
¿Cómo era un día en la vida de David Francisco durante la preparación de la oposición?
El día a día es muy duro, con un horario de estudio muy estricto. La oposición es una apuesta de futuro con un elevado riesgo, puesto que el resultado es incierto. Puede decirse que desde que uno decide opositar su vida cambia radicalmente, se convierte en una rutina que requiere de mucha disciplina y voluntad y de una renuncia a la vida social que hasta entonces se disfrutaba, algo que no todo el mundo está dispuesto a asumir. El día a día depende del tipo de oposición y del método seguido por cada preparador o academia, pero de manera resumida se pueden distinguir entre los días de estudio completo y los conocidos como "días de cante" (en mi caso eran tres por semana en los que recitaba frente al preparador los temas elegidos). A ello hay que sumar un día de descanso por semana. En cualquier caso, el estudio es diario y el horario depende de la capacidad del opositor y del momento. Así, en un principio la oposición exige una dedicación de entre nueve y diez horas diarias que se incrementan a medida que se aproxima la fecha del examen.
Más allá del temario, muchas veces se dice que la dureza de una oposición también está en la constancia y es una pelea interna contra uno mismo, ¿es cierto?
Por supuesto, la decisión de opositar no debe tomarse a la ligera sino que hay que ser consciente del sacrificio que ello supone. Debe concebirse como una carrera de fondo y no de velocidad. Todos los días son iguales y lo único que hace el opositor durante ese tiempo es estudiar, lo cual requiere una gran fortaleza mental, porque la oposición es un paréntesis en tu vida pero la vida sigue a tu alrededor. Puedes recibir malas noticias que ponen a prueba esa fortaleza y estás obligado a que afecten lo menos posible a tu capacidad de concentración. Por lo tanto, la fortaleza mental es un atributo capital para poder sentarse todos los días delante de los temas. Pero no es el único requisito, puesto que también es importantísimo el apoyo de tu familia, amigos y seres queridos. Y es que la oposición también sirve para descubrir qué personas te quieren de verdad y siguen ahí en esos momentos difíciles.
¿Qué papel juega el preparador en este tipo de oposición?
Su papel es fundamental. El preparador aporta el estímulo, la motivación, la orientación y los valiosísimos consejos. Sin él hubiera sido imposible lograr este éxito y solo puedo elogiar su labor. Fue un ejemplo para mí y un gran maestro, no sólo como preparador sino también como consejero, motivador, confesor y psicólogo. Puedo decir que se ha convertido ya en compañero y amigo. Además, también tuvieron especial importancia los preparadores que me ayudaron a superar los exámenes prácticos.
¿Cuántos exámenes ha tenido que pasar para llegar a ser abogado del Estado?
Esta oposición consta de cinco ejercicios: dos de carácter teórico y exposición oral; uno que consiste en una prueba de idioma extranjero y otros dos de carácter práctico. Todos tienen eficacia eliminatoria para pasar de los más de doscientos que comenzamos esta aventura a los dieciséis que finalmente logramos la plaza. El número de ejercicios supone que el examen se desarrolle en un largo período de tiempo que hace que el opositor termine agotado por el gran esfuerzo realizado.
¿Qué momento de este largo camino recordará para siempre?
Hay varios momentos, buenos y malos, pero prefiero quedarme con los primeros. El momento final, cuando recibes la noticia de que has aprobado, es increíble. El abrazo con mi preparador y con mi familia. También me impactó la primera vez que me senté delante del tribunal en el primer ejercicio. Pero sin duda me quedo con la emotiva ceremonia de entrega de títulos en el Palacio de Parcent, en la que más de una vez tuve que contener las lágrimas recordando todo lo que había sufrido hasta llegar allí y viendo lo orgullosa que estaba mi familia. Es lo mejor que me ha pasado nunca, una sensación de satisfacción indescriptible.
¿Qué sintió cuando se vio en la lista de aprobados?
Esos momentos son inolvidables y de una intensidad inigualable. Las horas previas son terribles y se hacen eternas. Hay un clima enormemente tenso a la entrada del edifico de la calle Ayala donde se reciben las notas y que está invadido por familiares, amigos, preparadores y opositores que esperan con gran nerviosismo e impaciencia el resultado. Al comprobar que tu nombre aparece en la lista sientes un gran alivio como si de repente te quitaras un gran peso de encima, la emoción es incontenible y se produce un estallido de alegría. Recuerdas el camino recorrido y te hace sentir una enorme satisfacción porque el trabajo realizado por fin ha dado sus frutos. Aunque realmente no eres plenamente consciente aún del logro conseguido.
Al final, usted consigue la segunda mejor nota de toda la oposición. ¿Contento por una gran nota o con sabor amargo por quedarse tan cerca del primer lugar?
Contento no, contentísimo. Ya sólo el hecho de aprobar la primera vez que me presentaba a una oposición de este calibre y en una convocatoria con un escasísimo número de plazas constituye un exitazo. A este tipo de oposiciones acude gente de gran nivel, capacitada y preparada para ejercer como Abogados del Estado, lo cual da cuenta de la grandeza de esta oposición y dota de mayor valor el aprobado conseguido. Solo puedo tener palabras de elogio al número uno, desde ahora compañero, que es un auténtico "crack", y es un orgullo para mí compartir promoción con él. Así como con los demás compañeros con los que he tenido ocasión de compartir momentos importantes que me han servido para comprobar que son todos unos fenómenos.
Llega el momento de la elección, ¿por qué Tarragona?
Fue una elección compleja. No se dispone de mucho tiempo y al final opté por tomar una decisión desde un punto de vista estrictamente profesional siendo factores decisivos el hecho de que se tratara de una plaza con un sólo Abogado del Estado jefe, con un considerable volumen de trabajo y muy completa, puesto que además se trata de una ciudad costera con un importante puerto. Todo ello creo que me permitirá adquirir una gran formación, que es mi objetivo, aunque el sacrificio será importante y el comienzo hubiera sido más fácil en otras plazas con más compañeros expertos. No conocía la ciudad y la verdad es que me he llevado una grata sorpresa. Es cierto que podría haber elegido Zamora, pero me parecía necesario y conveniente salir de casa para ganar una experiencia enriquecedora, no solo profesional sino también personal. Creo que he acertado con mi decisión pero seguiré teniendo muy presente Zamora y no pienso perderme la Semana Santa.
¿Cuándo se producirá su incorporación al puesto de trabajo?
Ya me he trasladado a Tarragona y he tenido ocasión de conocer el que será mi despacho y al personal de la Abogacía. Esta semana estaré bajo la tutela de la Abogado del Estado a la que sustituiré, que es una gran profesional y se está portando genial conmigo, lo cual hace más fácil mi adaptación. Será a partir del próximo día 20 de enero cuando me haga cargo de forma oficial.
¿A largo plazo, cuál es su aspiración profesional?
Ahora no pienso en el largo plazo, sino en aprender y crecer lo máximo posible para convertirme en un gran profesional que defienda los intereses generales de una manera que esté a la altura del prestigio de este Cuerpo. Llego a Tarragona con mucha ilusión y ganas de hacerlo bien en una plaza que hasta ahora ha estado varios años sin un Abogado del Estado permanente. Más allá de esto, no sé qué me deparará el futuro.
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