Denuncian que el Bibliobús de Zamora "está en riesgo de desaparición"

El curso escolar ha comenzado en Zamora con un interrogante cultural que preocupa a muchos pueblos: el futuro del bibliobús. Lo que durante décadas fue un servicio público de referencia nacional, hoy atraviesa una etapa de decadencia, según ha denunciado la formación Ahora Decide.

La Diputación Provincial lleva más de un año anunciando la incorporación de un nuevo vehículo y la contratación de personal externo para modernizar el sistema. Sin embargo, la realidad es que ni se ha modernizado el servicio ni se ha garantizado su continuidad, aseguran desde la formación.

Los problemas se acumulan: los antiguos autobuses fueron retirados por su antigüedad, pero aún no se ha puesto en marcha uno adaptado; las actividades de animación a la lectura en los colegios podrían quedar suspendidas; y el servicio de préstamo se limitaría a unos pocos pueblos de la provincia.

La situación contrasta con la época en la que Zamora contaba con cuatro autobuses y nueve empleados que recorrían las rutas cada dos semanas. Hoy, todo apunta a que las visitas se espaciarán hasta casi cada tres meses y que municipios como Toro, Benavente o la propia capital quedarán fuera del recorrido al disponer de bibliotecas públicas.

Ahora Decide advierte de que la Diputación pretende reducir el servicio a un contrato menor, lo que abriría la puerta a una privatización. Recuerdan además que el bibliobús escolar lleva más de 40 años en funcionamiento y ha sido muy valorado por alcaldes, vecinos y alumnos. “De tener el mejor servicio de Castilla y León hemos pasado a ocupar los últimos lugares”, lamentan.

El partido reclama que el bibliobús vuelva a ser un servicio de gestión pública, con visitas mensuales a todos los pueblos y centros educativos, un equipo profesional de animadores de lectura y un vehículo exclusivo para atender a los escolares.

Este martes, 3 de septiembre, estaba prevista la primera ruta en Mombuey, Valparaíso, Villadeciervos, Boya y Villanueva de Valrojo. La gran incógnita es si los vecinos percibirán las diferencias respecto al servicio que se prestaba hace apenas cuatro años.