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Día Mundial Sin Alcohol: Una enfermedad que ha sido el azote de las últimas décadas

La Asociación para el Tratamiento y la Rehabilitación del Alcoholismo, ATRA, celebra este viernes el Día Mundial Sin Alcohol con el objetivo de llamar la atención sobre una enfermedad que ha sido el azote de las últimas décadas del siglo XX y promete ser bastante más cruenta en este siglo XXI.

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La Asociación para el Tratamiento y la Rehabilitación del Alcoholismo, ATRA, celebra el Día Mundial Sin Alcohol con el objetivo de llamar la atención sobre una enfermedad que ha sido el azote de las últimas décadas del siglo XX y promete ser bastante más cruenta en este siglo XXI.

El fundador y director del Centro Específico para el Tratamiento y la Rehabilitación de Adicciones Sociales (CETRAS), Blas Bombín, precisa que la repercusión social de los problemas relacionados con el alcohol “requiere una respuesta para la prevención y ayuda a los sectores más afectados por este problema”.

Ser alcohólico: su día a día

En muchos aspectos de la existencia diaria, la ingesta de alcohol conlleva suicidios, borracheras, vandalismo, violencia, peleas, divorcios y separaciones, incidencia negativa en la educación de los hijos y su rendimiento escolar, así como el alto coste de tratamiento y rehabilitación de todas estas personas. En este sentido, Bombín señala que “los costes laborales asociados a la ingesta de alcohol también son difíciles de cuantificar pero significativos, ya que en el 35% de los accidentes laborales está presente el alcohol”.

También, son impactantes las cifras de los efectos del alcohol en la conducción y el semanal balance de víctimas. Según datos de la Dirección General de Tráfico, conducir bajo los efectos del alcohol es responsable del 30 al 50% de los accidentes con víctimas mortales y del 15 al 35% de los que causan lesiones graves.

Y lejos de creer que eso ocurre sólo a ciertas personas, los daños producidos por el alcohol afectan a una gran cantidad de gente, de uno y otro sexo, en toda la sociedad, aunque sólo una pequeña parte de ella estén identificados como alcohólicos.

El alcohol en cifras

De hecho, las cifras son espeluznantes: la edad de inicio en el consumo de esta “droga legal” es a los 12,6 años, lo consume un 84% de la población de forma diaria y 1.700.000 personas reconocen que consumen con exceso los fines de semana.

“Es necesario una mayor concienciación, pero no referida a una sola fecha, sino al día a día, de todas las capas y estamentos sociales, y adquirir el compromiso de educar para un uso razonable del alcohol” reclama el director y fundador de CETRAS.

Según la Organización Mundial de la Salud, 2,5 millones de personas fallecen anualmente en todo el mundo debido a un consumo excesivo de alcohol. Un sólo día sin alcohol podría representar el ahorro de unas 5.000 víctimas mortales, de las cuales unos 500 serían jóvenes entre 15 y 29 años.

Un 55% de los adultos han consumido alcohol a lo largo de su vida, existiendo 60 tipos de enfermedades causadas por el consumo de esta sustancia.

Consecuencias sobre la salud

Casi un 4% de todas las muertes que se producen en el mundo están relacionadas con el alcohol. La mayoría de estas muertes son debidas a lesiones, cáncer, enfermedades cardiovasculares y cirrosis hepática.

A nivel mundial, un 6,2% de las muertes de los varones están relacionadas con el alcohol, en comparación con el 1,1% de las muertes de las mujeres.

Cada año fallecen en el mundo 320.000 jóvenes de 15-29 años por causas relacionadas con el alcohol, lo que supone un 9% de las muertes en este grupo de edad.

Muy pocos países utilizan políticas eficaces para reducir la mortalidad y prevenir las enfermedades y las lesiones causadas por el consumo de alcohol. Un 31% de los estados miembros de la ONU manifiestan tener una estrategia nacional para el abordaje de este problema. “Desde 1999, cuando la OMS comenzó a informar sobre las políticas del alcohol, al menos 34 países han adoptado algún tipo de política oficial para reducir su consumo, pero aún no es suficiente. Muchos países tienen políticas deficientes en materia de alcohol y de programas de prevención” comenta Bombín.

Las restricciones en la comercialización del alcohol y en su utilización al conducir han aumentado, sin embargo no existen estrategias claras en la mayoría de las medidas preventivas adoptadas.

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