Diez años de devoción en su Templo con la pasión intacta: miles de feligreses vivieron su fe en la capital del Metal de la mano del Z! Live

Hermandad, sentimiento de pertenencia a una colectividad y, sobre todo, un ambiente inmejorable bajo el siempre cálido amparo del mejor metal. Esas han sido las premisas fundamentales, una vez más, de la experiencia de miles de personas en el Z! Live en el recinto de Ifeza.

Como si de una experiencia casi religiosa se tratase, miles de fieles acudían al Templo del Metal para vivir tres días de algo que trasciende de lo meramente sensorial. Desde los acústicos en la Plaza del Maestro, Viriato y la Marina, hasta la apertura de puertas del recinto a primera hora de la tarde, metaleros y metaleras de todas las edades y procedencias, procesionaron hacia las deidades a las que cada uno rezaba.

Como en su día dijo Rob Halford, legendario vocalista de Judas Priest, todo el mundo es bienvenido en la comunidad del heavy metal. Siguiendo esa consigna como si de un mantra se tratase, cada persona que entraba en el recinto se convertía automáticamente en un gran amigo de todos los demás, para hacer de Ifeza en la sede de una hermandad que vivía su particular Semana de Pasión.

Desde After Lapse, primer concierto del festival, hasta Nanowar of Steel, el grupo italiano encargado de poner punto final a la edición, los veintisiete grupos que conformaron el cartel hicieron las delicias de cada uno de los aficionados al metal en todos sus estilos y vertientes. Si bien cada cual tiene sus preferencias, con grupos que le gusten más o menos, nadie puede negar el gran honor que ha sido para Zamora acoger a gigantes como Accept o la gira de despedida de la legendaria banda brasileña Sepultura.

Incluso grupos, a priori, menos conocidos, sorprendieron gratamente a todos los presentes. Ese fue el caso, por ejemplo, de Nanowar of Steel, grupo italiano que durante algo más de una hora creó una simbiosis perfecta entre la comedia, el surrealismo y el metal (e incluso el reggaetón) para que, después de terminar el concierto y bajar ‘al ruedo’ a cerrar el festival con una conga con el público, todos los asistentes corearan al unísono su voluntad de que Nanowar of Steel sea confirmado como cabeza de cartel para la próxima edición.

Otro grupo que inundó de humor el recinto fueron los Alestorm que, con sus patitos de goma y su temática pirata e irreverente, fue otro de los grupos preferidos de una gran cantidad de asistentes que no dejó de reír durante toda su presentación. No obstante, también está la otra cara de la moneda, con grupos como Dark Funeral, Morphium o Nile, que devastaron el escenario con sus guturales y sus agresivos riffs.

Mike Portnoy, John Petrucci y compañía escribieron, en nombre de Dream Theater, otra página para la historia del Z! Live con su metal progresivo y como uno de los grupos más grandes que han pisado por las tablas del Silver Stage. Desde los tiempos de las conocidas Runaways, Lita Ford rescató temas para los más nostálgicos y demostró que todavía tiene mucha guerra que dar.

Sean cuales sean las preferencias, ideas o religiones, miles de personas vivieron un año más su fe en el Templo del Metal para celebrar junto a sus iguales una experiencia más allá de los sentidos. Así, desde los más mayores a los más pequeños, la devoción por el metal volvió a relucir y a convertir Zamora en la capital internacional del metal.