Diosleguarde y Borja Jimémez tocan el cielo de Zamora

En tarde muy calurosa y con más de media plaza se han lidiado seis toros de El Pilar, bien presentados y de variado juego, destacando 1, 3 y 5 aplaudidos en el arrastre

Ana Pedrero
29 jun 2025 - 10:23
GALERÍA | Corrida de la Feria Taurina de San Pedro 2025
GALERÍA | Corrida de la Feria Taurina de San Pedro 2025 | María Lorenzo

Entraron por la puerta de la sustitución y han salido a hombros tocando el cielo de Zamora. Manuel Diosleguarde, con tres orejas, y Borja Jiménez, que desorejó con rotundidad al quinto, han sido los protagonistas de la tradicional corrida a pie de San Pedro, poniendo en pie a los tendidos y firmando faenas de gran altura y transmisión que han justificado con creces la apuesta de la empresa Tauroemoción, nueva en el coso zamorano, que ha remozado con especial mimo. Emilio de Justo ha emborronado con la espada dos faenas con las que hubiese tocado pelo.

Tarde de emociones con un cartel que por la vía de la sustitución tenía magníficos alicientes para los aficionados de verdad y que ha cumplido todas las expectativas. Un cartel con tres toreros muy distintos: De Justo y Jiménez, a los que nadie le ha regalado nada, que han conocido el silencio de los despachos y han impuesto su toreo a base de hacer muy bien las cosas; y el joven Diosleguarde, una de las esperanzas más claras -más bien certezas- de la vecina Salamanca.

Al tercero -un colorao de bonita lámina, encastado y con muchos pies de salida- lo recibe Diosleguarde con dos largas rodilla en tierra y un leve susto al perder el pie, rematando con una media de cartel su saludo. Con las plantas clavadas en la arena ha firmado una explosiva faena de gran exposición aguantando parones y poniendo a los tendidos en pie con un toro que ha tenido un buen pitón derecho, con el que ha logrado ligar vibrantes tandas, y le ha medido mucho por el izquierdo, aunque dibujó preciosos naturales. Remata por manoletinas y con una gran estocada y corta dos clamorosas orejas con la plaza enloquecida.

Con el que cerraba plaza anduvo muy firme, tragando y aguantando a un toro que no le regaló nada, sin titubear, con gran exposición, cortando una oreja de mucho peso que lo convirtió en el triunfador de la tarde.

Borja Jiménez (que sustituía a Morante de la Puebla) recibió a su primero con un vibrante saludo capotero de clase y regusto que incendió los tendidos. Inicia citando en los medios con pase cambiado por la espalda, evidenciando la falta de recorrido del animal, que se quedaba a medio pase después de un revolcón en banderillas. Lo intenta en distancias más cortas tirando de temple y mimando al toro y opta por abreviar ante la imposibilidad de hacer faena. Firma una gran estocada después de pinchar.

Con el bravo quinto se entregó por completo frente a un animal con mucha transmisión en una faena intensa y emotiva que siempre fue a más, con gran ajuste y ritmo por ambos pitones, especialmente el derecho. Rubricó con manoletinas y un estoconazo de premio evidenciando el gran momento que atraviesa el de Espartinas, que tuvo la suerte de encontrarse con Julián Guerra en el camino y despuntar en el torerazo que es.

Emilio de Justo, otro torero en mayúsculas, tiró de temple con el noble primero, gustándose con el capote en su saludo y aprovechando la buena condición del animal en una faena empañada con la espada. Construyó sobre la zurda otra meritoria faena al cuarto, también noble, al que fue ahormando con un extraordinario sentido de tiempo y distancias hasta finalizar toreando con largura. De nuevo la espada impidió cobrar un merecido premio.

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