Más de doce años entre secadores, tijeras y un sueño al fin cumplido: “En Zamora falta apoyo real al emprendimiento joven”

En un contexto de locales vacíos y juventud que se marcha, Paula Calles Felipe ha decidido hacer lo contrario: quedarse, emprender y aportar. A sus 30 años, esta joven zamorana ha abierto su propia peluquería en la capital, en la calle del Riego 36, con un nombre que es toda una declaración de intenciones: Eleganza Hair Lab , un homenaje a las dos culturas que han marcado su formación y estilo —Italia e Irlanda— y también a su deseo de imprimir identidad a su ciudad natal.

“Emprender da miedo”, reconoce Paula, “es difícil y muchas veces te sientes sola. A no ser que tengas ayuda de tu familia, de gestores o del banco, es complicado tirar adelante”. Y es que, a pesar del entusiasmo y la vocación, abrir un negocio desde cero en una ciudad como Zamora no está exento de obstáculos.

“En Zamora falta apoyo real al emprendimiento joven”

Uno de los principales retos que ha denunciado esta joven peluquera es la falta de apoyo institucional a jóvenes emprendedores. “No es que te lo pongan difícil, pero no hay ayudas reales para el alquiler o espacios municipales que fomenten el autoempleo. Si tienes más de 30 años, no entras en la categoría de ‘joven’; si emprendes en la capital, no hay las mismas facilidades que en un entorno rural. Y si no tienes una situación vulnerable, tampoco accedes a subvenciones”.

Estas trabas no le impidieron dar el paso. “Sabía que en algún momento iba a tener mi propio salón. Era cuestión de tiempo”, asegura. La idea de montar su propia peluquería no es algo improvisado: comenzó a tomar forma cuando, con tan solo 12 años, empezó a pasar los veranos aprendiendo el oficio “como antiguamente se hacía”.

Un salón con alma europea en el corazón de Zamora

Eleganza Hair Lab no es solo una peluquería, es también el reflejo de un camino. “El nombre representa una mezcla de mis dos grandes influencias: ‘Eleganza’ por Italia, donde aprendí el valor del detalle y la estética, y ‘Hair Lab’ por Irlanda, donde viví casi seis años que me cambiaron tanto en lo personal como en lo profesional”.

A pesar de la burocracia —especialmente compleja por estar en una zona próxima al casco antiguo—, Paula reconoce que ha contado con el apoyo de la oficina de Urbanismo del Ayuntamiento. “No solo me pusieron trabas, también me ofrecieron soluciones. Eso se agradece mucho”, señala.

“Volver a crear ese algo que muchos dicen que falta en Zamora”

Como muchos otros jóvenes zamoranos, Paula también se marchó. Vivió en grandes ciudades, conoció otras formas de vida y otras formas de trabajar. “Lo que siempre escuchas es ‘en Zamora no hay nada’. Y justo por eso, cuando vuelves, quieres crear ese algo. ¿Por qué no devolverle a mi ciudad todo lo que he aprendido fuera?”, se pregunta.

Zamora, dice, puede quedarse pequeña en ciertos momentos de la vida, especialmente cuando se busca movimiento cultural, profesional o social. “Pero cuando ya has vivido eso, cuando lo que quieres es emprender, estar cerca de tu familia y crecer de otra manera, Zamora vuelve a tener sentido”.

Una decisión valiente, difícil… y muy ilusionante

“¿Cómo ha sido tomar esta decisión? Difícil, pero también muy motivante, con nervios e ilusión a partes iguales”. Paula es consciente de que los comienzos nunca son fáciles, pero también sabe que su historia puede inspirar a otros jóvenes que, como ella, han pensado en marcharse o sienten que no tienen oportunidades.

Su peluquería no es solo un espacio de belleza, sino también un símbolo de que quedarse, apostar por lo propio y emprender en Zamora es posible.