El patio del Seminario San Atilano ha sido escenario durante la mañana de este sábado de la gala de la II Edición de los Premios San Atilano, en la que se han concedido sendos galardones a Mari Miranda, en la categoría eclesial, y a Herminio Ramos, en la categoría social.
Ambos, según explicaba el obispo, Fernando Valera, presente en el acto, "representan dos ejemplos de valores cristianos por hacer extraordinario lo ordinario". Manifestó Valera que es "un regalo y un honor poder darles las gracias, y es también un símbolo de esperanza".
Mari Miranda y la hija de Herminio Ramos, en representación de su padre que no pudo acudir al acto, recogieron con gran emoción los galardones, por los que mostraron su "infinita gratitud" para con la diócesis y el obispado. Mari Miranda afirmaba, emocionada, que su labor para con la iglesia "es un deber" y manifestó su profundo agradecimiento por un premio "que hay personas que merecen más que yo".
Ambos galardones fueron por entregados por el propio Obispo, que también quiso agradecer a los premiados por toda una vida dedicada al trabajo y al catolicismo.
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