Eloy Tomé denuncia la “chapuza” de las obras de humanización

El Grupo Municipal Zamora Sí ha denunciado públicamente la deficiente ejecución del nuevo carril bici en la parte baja de la avenida Cardenal Cisneros, a la altura del Centro Comercial Valderaduey, en dirección a la rotonda de la Hiniesta y conexión con la avenida Galicia.

Lo que, según la formación, debería ser una infraestructura ciclista segura y funcional se ha reducido a una simple capa de pintura verde sobre los adoquines de la acera, sin separación física respecto a los peatones ni garantías de seguridad.

“Esto no es un carril bici. Es pintar sobre una acera y las arquetas, por donde transitan peatones y vehículos de acceso a garajes, sin garantizar la seguridad de nadie”, denunció Eloy Tomé, portavoz de Zamora Sí, quien además advirtió que la pintura ya está desapareciendo en algunos tramos y que la actuación no cumple los estándares mínimos de calidad ni de durabilidad.

Desde el grupo municipal recuerdan que la normativa sobre accesibilidad exige un itinerario peatonal diferenciado del entorno, con pavimento continuo y señalización táctil y visual, algo que no se cumple en este proyecto y que pone en riesgo a personas mayores y con discapacidad visual.

Denuncia simbólica en el pleno

Durante el pleno municipal celebrado ayer, Zamora Sí escenificó su protesta colocando un bote de pintura verde sobre la mesa como símbolo de lo que consideran una actuación precaria y ridícula.

“En 2025 no se hacen las cosas así. Si el modelo es pintar aceras y decir que son carriles bici, con unos cuantos botes más podríamos llenar toda la ciudad… eso sí, a costa del ridículo y del deterioro del espacio público”, ironizó Tomé.

Asimismo, el portavoz presentó un ruego al equipo de gobierno para que no recepcione la obra en estas condiciones, evitando así que los costes futuros recaigan sobre los zamoranos.

Otras deficiencias detectadas

Zamora Sí también criticó otros aspectos de las obras de humanización, como las rotondas sobredimensionadas que dificultan el giro de autobuses y vehículos grandes, las aceras deterioradas en zonas como la avenida Requejo, donde los adoquines presentan movimientos y acabados irregulares, y las vallas opacas en esquinas peligrosas que reducen la visibilidad y aumentan el riesgo de accidentes.

La formación advierte que el proyecto, financiado con fondos europeos, se está convirtiendo en “una oportunidad perdida” por su mala ejecución, escasa supervisión y graves consecuencias para la ciudad si no se corrige a tiempo.