El emblema del románico de Zamora se viste de andamios para su resurrección

La iglesia de San Juan es uno de los mayores símbolos de la considerada como capital de esta corriente artística. La iglesia de San Juan de Puerta Nueva es un interesante y particular ejemplo del románico de la capital, respondiendo a un tipo de planta muy reproducida en Zamora.

Se levantó en los años finales del siglo XII, rozando o traspasando incluso la fecha de 1200, dentro de la euforia constructiva que inunda la capital. La particularidad de San Juan de Puerta Nueva es que en estos mismos momentos se le dota de una cualidad de fortificación, quizá por su proximidad a la muralla.

El proyecto de restauración está capitaneado por la Junta de Castilla y León y ha dado comienzo el pasado jueves. La intervención más llamativa quizá sea la restauración del rosetón, pero se va a proceder a una intervención de la fachada completa de la portada sur, donde se ubica el emblemático símbolo. 

El rosetón se alza sobre la portada meridional. Presenta una estructura casi un cilíndrica dado el espesor del muro. Es idéntico en el interior y en el exterior, con tracería de ocho arquillos de medio punto dispuestos radialmente, con aristas perladas y columnillas rematadas en capiteles vegetales de variada composición. El centro lo ocupa una cruz patada decorada con hojas planas y nervadas, tal y como señalan desde la Fundación de Santa María la Real. 

Uno de los símbolos más representativos y fotografiados de la ciudad que ahora se viste de hierros para ver su resurrección tras este proceso de restauración iniciado este mes de noviembre. 

Los andamios ya lucen sobre la portada de San Juan conviviendo modernidad y tradición en un proyecto de restauración de esta insignia románica. Un lavado de cara que permitirá a la iglesia de San Juan lucir su máximo esplendor en la Semana Santa de 2020, en el caso de que pueda celebrarse.

Ese templo es parte fundamental para la Cofradía de Jesús Nazareno con la salida del paso Camino al calvario, conocido como Cinco de Copas o su Virgen de La soledad. 

El inicio de la intervención ha estado protagonizado por la muralla metálica que se erige sobre el templo, así como a delimitación de elementos de la portada sur que serán retirados para facilitar los trabajos de restauración. Una obra que, sin duda, será mirada con lupa por los zamoranos debido al cariño y el arraigo hacia esta iglesia en toda la capital.