El piloto Emilio Zamora vivía este sábado una jornada de primeras veces. Su primera vez en Motauros y su primera vez en Zamora. El motociclista aseguró que ha sido una experiencia "magnífica" confesando que cuanto más conocía la capital "más se le caía la baba". Y es que, "con este apellido, como iba a decir que no a esta oportunidad que además sirve de homenaje en la ciudad natal de uno de los grandes".
Emilio Zamora se mostraba muy emocionado con su visita a la bien cercada y su visita no pasó desapercibida. El conquense subió a su recién estrenada Ducati para mostrar sus habilidades a los numerosos asistentes que vibraron con cada uno de los movimientos y acrobacias del piloto que, incluso, dejo muy buen sabor de boca, a seis voluntarias que no dudaron en complementar el espectáculo con un número cargado de besos.
Más de una hora de puro espectáculo que pusieron de manifiesto el talento del joven declarado amante de cualquier "cacharro" que tenga ruedas". Un momento espectacular en una jornada que ha sumido a Zamora, al piloto y a la capital, en el amor más puro por el motociclismos, las dos ruedas y, por encima de todo, el amor por Ángel Nieto.
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