Estos son los problemas más frecuentes en la montaña durante estas jornadas de frío invernal

La AEMET ha detallado un conjunto de inconvenientes con los que pueden encontrarse profesionales y usuarios en terreno de aludes

Riesgo de aludes en Guadarrama
Riesgo de aludes en Guadarrama

Tras las recientes nevadas habidas en la provincia de Salamanca durante esta semana, el Servicio de Emergencia del 112 de Castilla y León  ha ofrecido una serie de recomendaciones, a través de su perfil oficial de Twitter, para aquellos profesionales y usuarios que salgan a la montaña durante estos días, donde la nieve y el hielo permanecerán, para evitar las situaciones típicas en terreno de aludes.

Para ello, según informa la AEMET, la European Avalanche Warning Services EAWS, ha detallado los cinco problemas más habituales en la montaña centrándose en el tipo de aludes que se espera, el tipo de nieve, la duración y algunos consejos de circulación.

El primer problema a tener en cuenta se debe a la nieve reciente que provoca una sobrecarga adicional que depende de diferentes factores como la temperatura o las características de la superficie de la nieve vieja. El problema se presenta de forma generalizada y a menudo en todas las orientaciones.

Este inconveniente se da durante la nevada hasta pocos días después. Si se va a la montaña se deben tener en cuenta dos casos: los aludes de placa de nieve seca en los que hay que esperar hasta que el manto se estabilice; y los aludes de nieve seca sin cohesión donde el peligro por caída es más importante que el de quedar sepultado, sobre todo en terreno muy empinado.

En cuanto a la nieve movida por el viento, suele darse cerca de cambios de pendientes, detrás de crestas u otros lugares protegidos y es más común por encima del nivel del bosque. En este caso se forman placas que son particularmente propensas a la propagación de fracturas, y por ello se aconseja evitar las acumulaciones de nieve venteada en terreno inclinado, en particular en las áreas donde hay cambios de manto delgado a grueso o de nieve dura a blanda.

Cuando el problema lo provocan las capas débiles persistentes se debe circular de forma conservadora y evitar las laderas grandes y muy empinadas. También hay que ser extremadamente cautos con manto delgado y en la transición de delgado a grueso ya que este problema es el que causa la mayoría de muertes a excursionistas en terreno de aludes.

Otro de los problemas frecuentes tiene que ver con la nieve húmeda que puede durar de horas a días. Las aludes espontáneos pueden ser más probables en determinados momentos del día, particularmente por la tarde (a menos que la lluvia sea el factor desencadenante). El problema de la nieve húmeda generalmente es fácil de reconocer. El inicio de la lluvia, la caída de bolas, la rodadura de nieve (“ensaimadas"), pequeñas placas húmedas y de nieve húmeda sin cohesión, son a menudo los precursores de actividad de aludes espontáneos de placa húmeda. El fuerte hundimiento del pie al pisar la nieve es también un signo de incremento de humedecimiento de la nieve.

En estos casos es preferible planificar y gestionar bien el horario de la ruta. Cuando hay rehielo nocturno, en general tras noches frías con cielo despejado, las condiciones son favorables por la mañana. Después de noches cálidas con cielo cubierto el problema está a menudo presente ya desde por la mañana.

Por último, es habitual que se produzcan deslizamientos basales normalmente sobre terreno resbaladizo con superficies herbosas o zonas de roca lisa. En primavera suelen darse al final del día. En estos casos se debe eviatr el terreno por debajo de grietas de deslizamiento.

 

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