Estudiantes de Enfermería que llegan a Zamora y abandonan la idea de marcharse un año después

Los estudiantes de enfermería en Zamora, encantados con el profesorado: ''Al ser menos se preocupan mucho por ti, empatizan, son cercanos y te ayudan en todo lo que pueden''

Alumnos de la Escuela de Enfermería. Archivo
Alumnos de la Escuela de Enfermería. Archivo

La ciudad de Zamora no destaca precisamente por uno de los destinos que eligen los jóvenes estudiantes para pasar los cuatro años de su etapa universitaria, ni tampoco por ser uno de los destinos en el que se agotan las plazas de movilidad para estudiar uno de esos cuatro años en Zamora. Sin embargo, son muchos los que, después de empezar aquí sus estudios de grado, acaban seducidos por los encantos de una ciudad pequeña y una formación mucho más personalizada.

En la actualidad, el Campus Viriato ofrece la posibilidad de estudiar numerosos grados siendo los estudios en enfermería los más demandados. Educación Primaria o Infantil, Ingeniería Informática o Ingeniería Mecánica son algunos de los habituales que también tienen gran demanda y como novedad, el grado en Desarrollo de Aplicaciones 3D Interactivas y Videojuegos, que también ha tenido una gran acogida.

Pese a que para muchos de los estudiantes que cursan en Zamora estos grados, la capital del Duero no era su primera opción, son muchos los que después de cursar el primer curso abandonan cualquier intento o plan de trasladar la matrícula a sus primeras opciones.

En muchos casos, el tamaño de la ciudad y el número de plazas de nuevo ingreso que se ofrecen, son un aliciente para muchos que buscan una atención y enseñanza mucho más personalizada. Alma Marcos, una joven salmantina y graduada en enfermería recuerda el paso por la que hasta hace unos meses ha sido su casa con cariño y nostalgia, y de la que dice que ''venir a Zamora para muchos es cambiar de ambiente, salir de casa por primera vez y aunque sea una ciudad pequeña es suficiente para ti y para afrontar nuevos retos, nuevos cambios y sobre todo saber adaptarte a algo que no conoces''. Asimismo, considera esencial tratar de involucrarte el máximo con la ciudad para disfrutarla, por lo que considera que ''si conoces a la gente adecuada, es una ciudad que te va a gustar y vas a conocerla mucho más que viniendo únicamente de turismo, hay que sentir la ciudad y dejarse llevar para descubrirla y disfrutarla al máximo.''

En el caso de esta salmantina, la finalización de sus estudios vino acompañada de sucesivos contratos para ejercer su profesión en el Virgen de la Concha, algo que ''en realidad estaba deseando que me dieran la oportunidad, es un sitio donde en las prácticas ya conoces a gente que trabaja muy bien, el hecho de ser pocos hace que cojas mucha más soltura y estableces ya relaciones con los profesionales que te están tutorizando y con los que ya tienes una relación más que la puramente académica...si me he ido es porque no me seguían dando trabajo.''

Actualmente, Alma ejerce como profesional en el Centro Coordinador de Emergencias del 112 en Valladolid y pese a ello, ha seguido viviendo en Zamora hasta hace unos meses, momento en el que decidió por comodidad, pero con tristeza dejar la ciudad. Una ciudad en la que la enseñanza es ''muy buena'' y de la que dice que ''no te das cuenta hasta que sales a trabajar y tienes que aplicar lo que has aprendido y entonces te das cuenta de que sí, tienes los conocimientos.''

En la misma línea nos atiende Alba Merino, otra salmantina que actualmente cursa 4º de enfermería en la ciudad y que abortó sus intenciones de trasladar la matrícula a Salamanca después de haber cursado el primer curso en una facultad ''pequeñita y acogedora''. En el caso de Alba, considera muy importante el hecho de que ''sean solo 60-70 personas en clase por las 150 que hay en Salamanca, aquí conoces a todo el mundo y eso también ayuda a establecer relaciones.''

En el caso de enfermería, muchos de los estudiantes hacen hincapié en el tema de las prácticas. Esta, fue sin duda una de las razones por las que Alba decidió no regresar a casa para continuar los estudios ya que ''el hecho de que allí haya más del doble de alumnos y además otra universidad que aporta los suyos hace que aquí seamos muchísimos menos y puedas rotar por todas las especialidades con mucha más facilidad, que al final es lo que queremos.''

Sin embargo, los planes de esta estudiante no pasan por quedarse en Zamora una vez finalice sus estudios ya que pese a que ''los pisos en comparación son mucho más baratos que en otros lugares pero la ciudad tiene poca oferta de ocio para los jóvenes y desde el punto de vista profesional en Zamora, con una población envejecida y unos hospitales pequeños y anticuados no ves grandes temas...lo importante lo derivan a Salamanca o algún hospital más importante y con vocación también tienes ambición de ver algo más que lo que puedes ver en Zamora.''

Natalia Rodríguez es otra de las estudiantes que tras estudiar en Salamanca educación infantil se decidió a quitarse la espinita con la enfermería en Zamora y no puede estar más agradecida al profesorado y a la ciudad, pese a que ella sí ha decidido trasladar la matrícula: ''Cuando te dan Zamora siempre empiezas las clases pensando que es un año y después pides traslado a Salamanca pero, tras el año, te das cuenta que no quieres cambiarte porque la gente es muy cercana, los profesores se preocupan por ti, son muy atentos, cercanos, puedes hablar con ellos, empatizan contigo...El hospital por lo general, al ser menos personas, tienes más opciones de que las enfermeras sean más cercanas y si tienes actitud y ganas de aprender, te dejen hacer técnicas.''

Y es que, tal y como afirma con nostalgia Natalia, ''Zamora tiene su encanto, aunque a veces se olviden de que existe, tiene buenos lugares para pasear, para tomar algo, es pequeña por lo que enseguida llegas a todos los sitios... la gente es amable y, en fin, Zamora tiene algo especial.''

 

 

 

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