Hace dos años, Seynabu llegó a Zamora con una maleta de sueños y una pequeña enfermedad desconocida. Lo que parecía un verano más dentro del programa de acogida Vacaciones en Paz se convirtió en una lucha por su vida. Gracias a la intervención médica en España y al apoyo incondicional de una familia zamorana, esta niña saharaui ha podido ser operada del corazón y recuperarse por completo. "Si no fuera por este programa, esta niña no hubiera acabado bien, porque allí no tienen medios ni manera de hacer nada más", explica Mariví Barrios, miembro de la asociación Zamora con el Sáhara.
El testimonio de Seynabu es solo un ejemplo de la importancia de este proyecto, que lleva 33 años permitiendo que niños y niñas saharauis pasen los meses de verano en España, lejos de los 53 grados de los campamentos de refugiados, con acceso a una alimentación adecuada y, en muchos casos, a una atención médica que en su lugar de origen sería impensable.
Un tren solidario con destino Zamora
Elena Haedo, otra de las representantes de la asociación, agradece la implicación de instituciones como el Ayuntamiento, la Diputación y Caja Rural, así como la generosidad de las familias zamoranas que hacen posible esta iniciativa: "Es como la vida misma, el tren está, pero se ha montado mucha gente en el tren de esta asociación". Este año, el reto es alcanzar las 30 familias de acogida, superando las 25 del año anterior.
La asociación insiste en que cualquier persona con ganas de ayudar puede sumarse. "No es necesario ser una pareja o tener hijos. Basta con querer hacer algo solidario y dedicar dos meses de verano a cambiarle la vida a un niño", recalca Haedo. Además, aclaran que la acogida no supone un gran coste económico, ya que la asociación cubre la mayor parte de los gastos.
Más allá de la acogida: un compromiso con la infancia saharaui
El programa no solo se enfoca en la convivencia, sino que también garantiza que los niños se encuentren bien atendidos. Se organizan actividades conjuntas, encuentros familiares y revisiones médicas. "Nuestra responsabilidad es que los niños aquí estén mejor que en los campamentos. Si vienen y aquí los van a dejar en una habitación, eso no lo podemos permitir", explica la asociación.
El martes, Seynabu regresará a los campamentos, pero la esperanza es que vuelva este verano. La asociación sigue trabajando para que más niños como ella puedan tener una oportunidad. Para ello, el próximo 9 de marzo se celebrará una comida solidaria en Peña Osende, con la intención de reunir a quienes apoyan el proyecto y animar a nuevas familias a sumarse.
Zamora ha demostrado ser una tierra solidaria. Ahora, el desafío es recuperar el número de familias que se han ido perdiendo tras la pandemia. "La gratitud que te da el tener un niño de acogida es enorme. Por eso seguimos, año tras año", concluyen desde la asociación.
Una nueva oportunidad
a iniciado la campaña de captación de familias de acogida para el programa "Vacaciones en Paz 2025". Este proyecto ofrece a niños y niñas saharauis de entre 8 y 14 años la oportunidad de pasar los meses de julio y agosto en Zamora, lejos de las durísimas condiciones del desierto.
"Allí las temperaturas superan los 50°C en verano y las condiciones sanitarias son muy precarias", explican desde la asociación. Durante su estancia, los menores no solo disfrutan de un entorno seguro, sino que también reciben atención médica, alimentación equilibrada y la oportunidad de integrarse en la vida cotidiana de una familia.
Las familias interesadas en participar pueden contactar con la asociación para obtener más información y formalizar su solicitud. "No hace falta ser una familia tradicional, cualquier persona con ganas de ayudar puede acoger a un niño", recuerdan los organizadores.
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