Muchos de ellos y ellas han recorrido bastantes kilómetros. Algunos llegan procedentes de Tudela, otros de Calatayud en Zaragoza o desde Burlada, en Navarra. Tiene que ser duro medir más de tres metros y recorrer largas distancias, pero los gigantes y cabezudos han cumplido con su palabra y se han dado cita en este II Encuentro Internacional. Un encuentro que parecía una reunión familiar por la mañana, porque las 150 figuras, de grandes y medianas dimensiones, se concentraron en el Palacio de la Encarnación ante la s finas gotas de lluvia. Alli, todos concentrados esperaban tranquilos a recibir la visita de los zamoranos.
Eran muchos los que se acercaron para ver las figuras en pie y alzar la cabeza para contemplar la diversidad de estas grandes personas. Allí había figuras de Portugal, Arévalo, El Escorial, Alcorcón, Puebla de Sanabria o Villaralbo, entre otros. En total, 21 grupos de gigantes que ha traído a la capital a más de 600 personas.
Unos se sacaban ‘selfies’ en pareja con las grandes figuras que atesoran lujosas e impactantes vestimentas. Otros, sin embargo, tenían algo de miedo por eso de que parecían que las figuras se iban a despertar y empezar a moverse. Esa pequeña sensación de miedo la escenificó un niño agarrado a su madre. Sorprende ver figuras que te quintuplica el tamaño, pero también gusta ver la riqueza del arte de estos maravillosos y grandes personajes.
A las 18.00 horas los gigantes y cabezudos de distintos puntos de España y del mundo comenzaron a desfilar por las calles de Zamora. Las figuras de menos tamaño se acercaron al público y tendieron su mano para que los más pequeños pudieran saludarles y los gigantes iban con paso firme para que los que observaban pudieran analizar cada detalle. Pese a las previsiones de tormenta, los gigantes y cabezudos hicieron el recorrido marcado. Pasaron por la Plaza Mayor y discurrieron por la calle Santa Clara hasta llegar a Alfonso IX y tomar el camino de vuelta.
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