La Feria de la Cerámica y Alfarería, una tradición venida a menos: “Vamos porque vamos, pero ahora se vende muy poco”

José Luis Redondo, alfarero de Pereruela, explica la situación de un evento que cumple cincuenta y dos años, que está perdiendo participantes y cuyas ventas cada vez son menores

José Luis Redondo, alfarero de Pereruela.
José Luis Redondo, alfarero de Pereruela.

Si hablamos de San Pedro, seguramente que uno de los primeros eventos que se nos vienen a la cabeza es la Feria de la Cerámica y Alfarería. Una tradición con mucho arraigo en la capital y que cada vez, por desgracia, aglutina a menos alfareros durante estos cuatro días, del 27 al 30 de junio, en la plaza de Viriato y en la de Claudio Moyano. José Luis Redondo, de Pereruela y con tres décadas de experiencia en el oficio, será uno de ellos.

“Fue la primera feria que hice y ahora, por no ir, no van ni los organizadores. Vamos pues porque vamos, pero ahora se vende muy poco”, explica José Luis sobre un evento con cada vez menos tirón: “Antiguamente había que trabajar bastantes días antes porque se vendía la producción de un par de meses. Ahora ya muy poco”, afirma.

La intención, sin embargo, era vender algo más que el año pasado, pero ni la previsión meteorológica, tristemente, acompaña: “Si llueve por la tarde, una tarde perdida, pero no es cuestión de carpas ni de nada; aunque lo tapáramos, la gente se va para sus casas y no sale. Las ferias cada vez van a menos y esta, concretamente, va a menos a pasos agigantados”, asegura.

"Antes, para poderla ver bien, te tirabas un par de horas sin entretenerte; ahora, con la mitad de los puestos, en diez minutos lo tienes visto" - José Luis Redondo, alfarero de Pereruela.

Desde cazuelas para asar hasta ollas para guisar se pueden observar en una ubicación que sigue perdiendo participantes: “Hemos llegado a ser hasta 130 puestos de alfarería y cerámica. Antes, para poderla ver bien, te tirabas un par de horas sin entretenerte; ahora, con la mitad de los puestos, en diez minutos lo tienes visto. Vienen la mitad”, afianza.

La mitad de los participantes y la mitad de producción, que también ha bajado de forma notable: “Yo hago cazuelas y hornos y ahora llevaré entre 100 y 200, pero es que antes cargábamos una o dos furgonetas. Tres o cuatro hornos se podían llegar a vender, y ahora solo uno; montones de botijos, que hacían falta, y ahora con diez o veinte lo tienen hecho… Los hábitos de consumo han cambiado”, sostiene.

Veintiocho años acumula José Luis acudiendo a una Feria de la Cerámica y Alfarería en la que cuesta ver a gente en acción y en la que también es difícil dar con el punto clave para darle un empujón hacia adelante: “Podríamos hacer más demostraciones, que quizá animarían a la gente y a nosotros no nos cuesta dinero hacerlas; exigirnos hacer alguna obra de torno, otra pintando para ver cómo lo haces… Es muy difícil, pero allí estaremos”, finaliza.

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