El obispo de Zamora ha presidido el domingo de resurrección en la catedral la solemne misa pontifical de Pascua. Monseñor Valera ha subrayado que en los momentos de mayor duda, cuando la muerte parece haber acabado con la confianza de los discípulos, al hacer memoria de las palabras de Jesús los acontecimientos aparentemente oscuros quedan iluminados dilatándoles el corazón y llenándoles de alegría, admiración y ganas de correr a anunciar la noticia de su resurrección.
Fernando Valera recordó que “hoy en esta Pascua, en la Diócesis de Zamora, se nos vuelve a decir: No te quedes en el sepulcro de la desesperanza, de las lágrimas que impiden ver, centrado en tu dolor y abandono”. En el acontecimiento pascual, continuó Monseñor Valera, “se nos recuerda que no caminemos solos por la historia”, que debemos buscar a Cristo “en los rostros de nuestros hermanos, en aquellos que viven en la indigencia, la soledad, la desesperanza, la guerra, la exclusión, cualquier tipo de violencia”. Es necesario por tanto buscar, moverse, correr para “acompañar a otros, acercarse a los sepulcros vacíos y sembrar huellas del Resucitado. Allí en las encrucijadas humanas”.
El obispo invitó a los asistentes a levantarse y ponerse en camino, incluso en medio del desconcierto y del temor pidió a los creyentes alegría y esperanza para anunciar y engendrar vida para los demás. “¡No hay Pascua si no somos capaces de ponernos en caminos de búsqueda, encuentro y fe!
Concluyó la celebración con la bendición apostólica del obispo concediendo la posibilidad de conseguir la indulgencia plenaria a los asistentes a la celebración.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios