Montelarreina como uno de los principales asideros para intentar sacar a Zamora de una deriva que oprime a la provincia y a la ciudad. Así lo ven los principales agentes sociales, partidos políticos e instituciones de la provincia. Es por ello que la presentación este viernes del análisis del impacto económico y social de la implantación del emplazamiento militar en Montelarreina en Zamora tuvo el respaldo de prácticamente todos los sectores de la sociedad. Solo faltó el Ayuntamiento de Zamora, que declinó la invitación.
Este análisis, elaborado por la consultora KPMG, fue encargado por Caja Rural de Zamora. Es por ello que Cipriano García, director general de la Caja Rural de Zamora, fue el anfitrión del acto de presentación. En él hubo representación de la Diputación Provincial, con el presidente Francisco Requejo a la cabeza, del Gobierno Central, con el subdelegado Ángel Blanco, de la Junta de Castilla y León, con Carmela Rodríguez, secretaria general de la Junta de Castilla y León, y de Defensa, con el coronel Vicente González Martín, como subdelegado de Defensa en Zamora.
Todos ellos mostraron su implicación con un proyecto que sería un impulso importante para la provincia y para dos ciudades en concreto como Toro y Zamora capital. Como suele ser habitual, fue Francisco Guarido el gran ausente del acto, dado que declinó la invitación y tampoco acudió ningún miembro del equipo de Gobierno en representación del Consistorio de la capital zamorana. Una ausencia muy comentada, dado la relevancia del proyecto y lo que podría suponer para la capital.
No faltó la representación de los principales partidos con sus diputados, senadores o procuradores como el PSOE, con Ana Sánchez y Antidio Fagúndez entre otros, del PP, con Mayte Martín Pozo o Elvira Velasco, Ciudadanos, con Mayte Gago, o VOX, con Pedro Requejo, entre otros. Además, tampoco faltaron los representantes de Azehos, Azeco, Cámara de Comercio, Asociación de Jóvenes Empresarios, Zamora10 y prácticamente el cien por cien de medios de comunicación zamoranos, entre otros.
En definitiva, una representación casi total de la sociedad zamorana, salvo el alcalde Francisco Guarido, en defensa de un proyecto vital para Zamora.
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