Los hábitos alimenticios, detrás del descenso de las matanzas domiciliarias en Zamora

Estas matanzas tradicionales se intensifican en el periodo de Navidad, siempre que el tiempo acompañe.

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Matanza Fermoselle. Archivo
Matanza Fermoselle. Archivo

La Junta de Castilla y León, a través del Servicio Territorial de Sanidad en Zamora, está llevando a cabo la campaña de control sobre las matanzas domiciliarias de cerdos para autoconsumo y de jabalíes abatidos en actividades cinegéticas para autoconsumo en la provincia, que comenzó el 28 de octubre de 2023 y finalizará el 3 de abril de 2024. El periodo navideño solía ser las fechas en las que se intensifican las matanzas de cerdos en los domicilios particulares de los pueblos, aunque este año apenas ha habido matanzas en el puente de la Constitución por las elevadas temperaturas. La pasada campaña se alcanzó la cifra de 1.189 cerdos sacrificados, lo que supone un aumento de casi el 9 % respecto a la campaña 2021/2022

La normativa vigente regula el reconocimiento sanitario de cerdos sacrificados en domicilios particulares para autoconsumo y establece un sistema de identificación en el control sanitario en origen de los animales silvestres que, abatidos en actividades cinegéticas, se comercialicen para consumo humano. Con esta medida se pretende garantizar, fundamentalmente, un adecuado análisis micrográfico para evitar la aparición de casos clínicos de triquinelosis humana.

Las tareas de control sanitario derivadas de estas matanzas son realizadas por veterinarios oficiales de la Junta de Castilla y León y, además, se faculta la participación voluntaria de veterinarios colaboradores, previa solicitud al jefe del Servicio Territorial de Sanidad. En este sentido, en la campaña actual participan 30 veterinarios colaboradores.

Durante la pasada campaña 2022/2023 se reconocieron un total de 1.189 cerdos sacrificados en domicilios particulares, 27 por servicios veterinarios oficiales y 1.162 por los profesionales colaboradores que han prestado sus servicios. Esto supone un aumento de 95 animales respecto a la campaña 2021/2022, en la que se analizaron 1.094 animales, 22 por servicios veterinarios oficiales y 1.072 por los veterinarios colaboradores.

Las tradicionales matanzas tienden a la baja y, desde la campaña 1999/2000, el número de análisis realizados ha disminuido más de un 80 %. Este descenso generalizado se debe fundamentalmente al cambio de los hábitos alimenticios de la población.

Se recuerda a la sociedad que la carne obtenida y sus correspondientes derivados solamente pueden destinarse al consumo familiar, estando prohibida su comercialización.

Respecto a los animales abatidos en cacerías, en la última campaña 2022/2023 se analizaron 864 jabalíes, 271 ciervos, 9 ciervas y 66 gamos, mientras que, en la anterior, 2021/2022, 767 jabalíes, 317 ciervos. 1 gamo y 6 corzos. Estas presas, que también son objeto de control, son sometidas a examen para detectar posibles anomalías y verificar que la muerte no se debe a motivos distintos de la caza. Asimismo, son identificadas con un precinto antes de su traslado a un establecimiento de manipulación de caza silvestre para su posterior venta, ya que su comercialización está autorizada y, por ello, tienen una inspección específica.

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