Hilos de devoción: el alma de la Semana Santa se teje en los comercios de Zamora

Zamora se transforma cada Semana Santa. La ciudad no solo se llena de emoción, fe y tradición, sino que también vive uno de sus momentos de mayor actividad económica. Comercios, hostelería y talleres textiles ven cómo su trabajo de meses cobra vida al paso de las procesiones.

“Todo lo que es bueno para Zamora es bueno para todos”, coinciden los comerciantes, convencidos de que la Semana Santa es mucho más que religión: es impulso económico y orgullo local.

El Redondel: entre hilos centenarios y tendencias actuales

Más de 100 años de historia entre botones, cintas y costuras. El Redondel es uno de los comercios más emblemáticos de Zamora, donde tradición y modernidad conviven en armonía. Su legado se reinventa con ingenio: botones que hoy son anillos, productos de siempre con presencia en redes sociales y una atención al cliente que permanece inalterable.

“El trato cercano con el público es lo que nos hace diferentes y lo que no hemos perdido nunca”, afirma Eloy Peláez, uno de los encargados.

Durante la pasada Semana Santa, la tienda lanzó lazos de terciopelo para el pelo de las mujeres, un producto que fue “todo un éxito”. Este año, sin embargo, su lanzamiento está en duda por falta de tiempo.

“Saber escuchar” al cliente sigue siendo la clave, añade Luis Peláez, hermano de Eloy y copropietario del negocio.

El Redondel también ha recuperado recientemente las mantillas, símbolos de la mujer zamorana, y sigue vendiendo peinetas, broches y el producto más demandado en estas fechas: la cinta de la bandera de Zamora para adornar palmas o ramos el Domingo de Resurrección.

 

Santiago Textil: tres generaciones al servicio de la Pasión

Otro de los nombres propios del comercio zamorano es Santiago Textil, regentado por la tercera generación de la familia Genicio. Su filosofía no ha cambiado con el tiempo: “escuchar al cliente y constancia”, afirma David Genicio.

“No dejamos la Semana Santa de lado en ningún momento del año”, explica. “La idea para sacar un nuevo producto tiene que surgir el año anterior”.

Este año, el producto estrella ha sido el chaleco para hermanos cargadores, aunque también se venden en grandes cantidades calcetines y pañuelos de todas las cofradías.

Las ventas fuertes se concentran en Navidad y Semana Santa, cuando muchos zamoranos compran artículos cofrades como regalo. El merchandising “ilimitado” también juega un papel esencial para los que viven fuera de la ciudad, pero quieren seguir conectados con sus raíces.

 

Boizas: donde se visten los cofrades

Boizas, situado en un edificio emblemático en la esquina de la calle San Andrés, es otro de los referentes textiles de la Semana Santa zamorana. El comercio se mantiene fiel a sus raíces, ofreciendo tejidos de alta calidad para confeccionar los tradicionales trajes cofrades.

“La rejilla del caperuz ya no es de cartón, ahora se adapta a todas las tallas”, comenta Luis Boizas, señalando la única innovación en un atuendo que ha cambiado muy poco a lo largo de las décadas.

En Boizas se confecciona el traje completo, aunque el producto más solicitado sigue siendo la túnica de estaña, útil para varias cofradías. Aunque los precios han subido por el aumento en el trabajo de confección, la calidad de las telas permanece intacta.

“Desde Navidad ya se nota el repunte de ventas, que se mantiene hasta la semana previa a Semana Santa”, apunta Boizas.

Una tradición que da vida

La Semana Santa en Zamora no es solo una manifestación de fe: es un catalizador económico, un impulsor de creatividad artesanal y un hilo que une generaciones. Comercios como El Redondel, Santiago Textil o Boizas son testigos silenciosos del paso del tiempo, pero protagonistas indiscutibles de una ciudad que se viste con devoción cada primavera.