Solo, en uno de los asientos del vagón de la clase política, el exalcalde de Toro, Jesús Sedano, grababa el paso del tren por su pueblo. Con una sonrisa en el rostro, el también senador inmortalizaba un momento para muchos histórico, el del paso del primer tren por la Línea de Alta Velocidad que une ya Olmedo con Zamora. 

Unos segundos antes, en la cabina del maquinista, Ana Pastor advertía al resto de los presentes en el angosto cubículo de la llegada a dicha localidad: "Es que yo soy de aquí, de un pueblo de Zamora", informaba a sus acompañantes. Toro y sus Edades del Hombre pretenden obtener un importante rédito de la recién renovada distancia temporal a Madrid. La atracción de turistas en el 2016, con la red ferroviaria de alta velocidad como estímulo, se antoja como un objetivo prioritario.

Al menos, así lo ha dejado patente en varias ocasiones Mayte Martín Pozo que, mientras Pastor observaba las tierras toresanas y Sedano filmaba el momento, charlaba animadamente con Fernando Martínez-Maíllo y Jerónimo García Bermejo. De pie en el vagón, la presidenta de la Diputación no podía contener su sonrisa ante la inminente llegada del primer tren por la nueva línea, aunque todavía fuese un Alvia.

La llegada a Zamora se produjo tras 35 minutos de viaje; una hora y 27 minutos para quienes salieron de Madrid. Prueba superada. Al menos, así lo hizo saber la ministra, que bajó del tren para convertirse durante veinte minutos en una estrella del rock. A Pastor le faltó firmar autógrafos en un acto en el que repitió las bondades del nuevo sistema ferroviario y siguió insistiendo en que la alta velocidad, con Alvia o con cualquier tren, era ya una realidad.

Uno de los que no acudió a la estación para agasajar a la titular de Fomento fue Francisco Guarido. En un curioso gesto, el alcalde apenas dejó que Pastor pusiera un pie en Zamora ante de entregarle un sobre con sus reclamaciones. El líder de IU, poco acostumbrado a la farándula, se unió como pudo a la comitiva: "Aquí sólo hay codazos por ver quién sale mejor en la foto", espetó, con una sonrisa, ya al final de la visita.

El propio Guarido, escéptico, se encargó de recordarle a un vecino que el Alvia es el mismo tren que llega a las cinco y veinte de la tarde a diario a la capital aunque, al fin y al cabo, un paso más es un paso más y la prueba demostró que Madrid estará más cerca una vez los maquinistas terminen su formación. Pastor insistió en ello antes de repartir besos y abrazos y coger el mismo convoy en dirección contraria. 

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